Los de la UME también lloran
Bárbara Moreno / Arnedo
La Unidad Militar de Emergencias (UME) del Ejército español lleva desplegada en La Rioja desde el pasado 15 de marzo. Al mando de la operación está el capitán Marcos García López, de hecho está al mando del cuarto batallón de la UME con base en Zaragoza, que se ocupa de cinco comunidades y es quien ha relatado a Noticias de La Rioja como es su día a día en la región.
Llegaron a La Rioja con la misión de desinfección y descontaminación por COVID y actuaron en centros de salud de varias localidades, en puntos de paso, paradas de autobuses, o estaciones de trenes, y cajeros y también llegaron para asesorar a instituciones, y la intención en principio era quedarse unos días, (solo se quedaron dos noches), pero la rapidez y la virulencia con la que la pandemia iba sorprendiendo a muchos hizo que definitivamente esta unidad volviera a La Rioja para quedarse, y de momento, sin fecha de finalización.
Hoy pernoctan en la base de Agoncillo, donde montaron una base avanzada. Pero es que así se ahorran muchos kilómetros de ir todos los días a sus casas a Zaragoza, y hacen turnos de tres días trabajando y tres días de libranza. El capitán se queda más tiempo, y hay mecánicos que vienen y vuelven en el día a Zaragoza.
Así en La Rioja están unos 90 militares en dos turnos de 45 cada uno continuamente. Y por otra parte cuentan con un equipo que les apoya de un batallón de formación mayor y hay misiones concretas que solo pueden hacer ellos, y les han ido formando (estos pertenecen al Grupo de Intervención en Intervenciones Tecnológicas y Ambientales GIETMA).
El capitán explica que hoy se centran en la misión de desinfección de residencias, que es donde ven más problema, y se les requiere más. Aunque ayer por ejemplo hicieron una campaña de formación y medidas de autoprotección de profilaxis y manejo de EPIs a bomberos y policías locales de Logroño o de cómo trabajan en las residencias de mayores.
Dolor
Pero, como personas humanas que hay debajo de esos trajes de camuflaje oscuros del ejército, hay hombres que también se emocionan y lloran cuando tienen que hacerlo. El capitán indica que lo más doloroso es cuando ven a los enfermos en las residencias, y en especial, cuando ´vemos la situación en la que estaban las trabajadoras, desbordadas, desviviéndose por los residentes, y eso es lo que más me impresionó´. Ellos les ayudan a trasladarlos de una planta a otra cuando uno se contagia y hay que pasarlo por ejemplo a la planta de contagios. Y después desinfectar toda esa zona con productos especiales. Y trabajan en lo que necesiten, en mover muebles, camas, a los enfermos y no enfermos. Y también les ha tacado ver muertos, y ver como las trabajadoras sufren cuando ocurre algún fallecimiento. ´Los auténticos héroes de esta batalla son los servicios sanitarios, y especialmente las trabajadoras de las residencias de personas mayores, y sus directoras. La verdad es que están viviendo una situación muy dura´, explica.
La Rioja con la UME
El capitán asegura que se siente en La Rioja, ´como si fuera mi segunda casa´. Sus gentes ´solo nos trasmiten muestras de afecto y de cariño y para mi es un orgullo. Por la calle, nos dicen, ´muy buen trabajo´, y a mi me ruboriza, aunque sé que es mi trabajo´, reconoce Marcos García a la vez que quiere narrar a Noticias de La Rioja una anécdota muy curiosa, ´Hay un grupo de voluntarias de La Rioja que nos hacen comidas y nos las van dejando en las residencias en las que vamos trabajando, pero deben ser anónimas y no nos dicen quienes son. Nos gustaría conocerlas, y agradecerles esta labor, a la vez que decirles que en realidad no nos hace falta comida, pero se agradece mucho comer caliente, la verdad´. ´Pero queremos que sepa La Rioja que hay un grupo de voluntarias que nos alegran el día un poco más´. De lo contrario comerían un bocadillo en cualquier área de servicio. Aunque en las residencias también les dejan salones para comer, ´somos ya casi como de la familia´, explica.
Y es que visitan y desinfectan unas 18 residencias riojanas al día. Tienen unos códigos de colores, y a las residencias ´rojas´, que son las que se corresponden con las que más contagios tienen, van todos los días, y a las naranjas o verdes, cada dos días. Si bien si les llaman de alguna porque ha habido más contagios o fallecidos y tienen que ir a mover cuerpos o a desinfectar acuden en cuanto les llaman. ´En realidad estamos para lo que nos necesiten, si tengo que dar de comer a un abuelito lo haría, aunque me tendrían que enseñar, pero no tengo ningún problema, y lo haría encantado´, asegura el capitán.
Sin contagios
De momento no se ha contagiado ninguno de los militares de la UME desplegados en La Rioja desde que han llegado. ´Y eso es quizás porque estamos haciendo bien todas las medidas de profilaxis´. ´Hay que tener claras las medidas de seguridad y las EPI. Hay un punto limpio y uno sucio, y hay que cambiar el EPI de una zona a otra, es lo más importante. Si haces eso bien, no debería haber problema´, explica este hombre que ha vivido muchas situaciones de emergencia, pero quizás ninguna como esta por no saber quizás a qué nos estamos enfrentando, y es que el enemigo es invisible, pero mata más de lo que parecía.






