Xavier Mascaró reflexiona en Actual sobre el paso del tiempo con ‘Departure’
Eduardo Palacios (Efe) / Logroño
El escultor Xavier Mascaró culminó este martes el montaje de Departure en el Museo Würth La Rioja, un conjunto de piezas que representan el armazón de 26 barcos en bronce, hierro y tela, con el que plantea una reflexión sobre el paso del tiempo.
Mascaró exhibe por primera vez este conjunto escultórico en España -antes se ha visto en Londres y Abu Dhabi- en el marco del festival Actual 2019, por lo que el público no podrá verla hasta el 2 de enero, fecha en la que se iniciará este festival, aunque permanecerá abierta hasta finales del mes de abril.
Departure está formado por 26 barcos de diferentes tamaños, los mayores en línea, todos ellos solo en un armazón metálico y varios tienen telas por encima, explicó ayer Mascaró, quien añadió que esta instalación se complementa con otra de 40 cabezas de cerámica y bronce y con dos barcos más, también de cerámica, y con color.
Como concepto, Mascaró plantea una reflexión sobre «el paso del tiempo, que lo deja todo atrás, como estas naves en hierro, bronce y tela, que aparentemente están abandonadas», detalló el artista. «Los barcos, en la iconografía y el imaginario colectivo, se asocian a muchas cosas, a la comunicación y el transporte, pero también al éxodo, como el que vivimos actualmente, el del Mediterráneo, que es un gran conflicto», relató.
El artista no plantea esta obra como una denuncia, sino que representa estos barcos como «un vehículo universal que significa comunicación o tránsito, el ir de un lugar a otro, o de una vida a otra», porque estos barcos simbolizan «el estado permanente de cambio, algo atemporal, ya que siempre el hombre se está moviendo hacia otros lugares mejores».
Además, busca una reflexión individual del «viaje» en el que «cada momento de la vida queda atrás y se enlaza con el siguiente» y «también se puede ver como el transporte del alma en barcas», algo que «estaba presente en la cultura egipcia».
Mascaró busca en muchas de sus piezas un toque de ambigüedad y esta también cumple esa premisa porque, «cuando se ve el armazón de estas barcas en metal, la primera impresión es que están en ruinas, pero lo cierto es que se encuentran apuntaladas» y «no se sabe si están abandonadas o en un astillero en construcción», explicó.






