¡Vino va…!
EFE/ Logroño
Unos 70.000 litros de vino han «llovido» este jueves en Haro durante su tradicional Batalla del Vino, Fiesta de Interés Turístico Nacional y en la que se han utilizado todo tipo de «armas», como botas, porrones, sulfatadoras y cubos, según explicó a Efe su alcaldesa, Laura Rivado.
Sus datos indican que las cifras de «guerreros» oscilan entre las 10.000 y 12.000 personas, similar al año pasado, en el que la festividad de San Pedro, que se conmemora hoy, también cayó en un día laborable, dado que cuando se celebra en fin de semana son superiores.
El frío a primera hora de la mañana se ha hecho notar en los riscos de Bilibio, a unos seis kilómetros del casco urbano de Haro, a donde se han dirigido los romeros para participar en esta batalla incruenta, que se ha desarrollado con normalidad y sin incidentes.
Unos 6.000 litros de vino ha aportado el Ayuntamiento jarrero para la batalla, cifra que han completado hasta los 70.000 los propios «guerreros» en diferentes envases para «disparar».
Medio millar de australianos han destacado en la batalla, en la que, como en años anteriores, se trasladan a Haro, desde donde se dirigirán a Pamplona para presenciar los fiestas de San Fermín.
Junto a los australianos, también ha habido «batalladores» japoneses, británicos, chinos, alemanes, nórdicos y españoles procedentes de diferentes comunidades autónomas.
Todas las «armas» han valido, desde cubos hasta botas, sulfatadoras, botellas y pistolas de plástico, tras lo que los «guerreros» han disfrutado del tradicional almuerzo, con caracoles, lomo y tortilla de patata, fundamentalmente.
El origen de la Batalla del Vino se remonta a los «pleitos» entre Haro y la localidad vecina burgalesa de Miranda de Ebro por la posesión de los riscos de Bilibio.
Las autoridades y los representantes de la Cofradía de San Felices de Haro colocan el pendón de la ciudad riojana para dejar claro que los riscos de Bilibio son un estratégico lugar que pertenece a los jarreros.
De acuerdo con la tradición, según una sentencia del Reino de Castilla, Haro tenía que reivindicar los riscos de Bilibio cada 29 de junio, festividad de San Pedro, y, si no lo hacían, pasaría a pertenecer a Miranda de Ebro.
En los años cuarenta del pasado siglo, los romeros que acudían a cumplir con el rito empezaron, como diversión, a tirarse vino, lo que ha terminado en esta actual batalla incruenta, que aspira a lograr la declaración de Fiesta Turística Internacional.
La alcaldesa ha señalado que el expediente para lograr esa declaración, que se inició en 2016, está «muy avanzado», con el deseo de que se pueda presentarlo ante el Gobierno central a finales de 2017 o primeros de 2018.
«La Batalla del Vino ya es internacional, cada vez hay más turistas extranjeros que nos acompañan», según Rivado, quien cree que la declaración de Fiesta de Interés Turístico Internacional «tiene más ventajas que inconvenientes», sobre todo por la repercusión económica que tiene y por ser un buen «reclamo».
El concejal de Cultura y Turismo de Haro, Leopoldo García, ha añadido a EFE que el Ayuntamiento no tiene mucha prisa en presentar el expediente, dado que desea que «la candidatura esté muy bien montada y argumentada para no tener problemas».
Ha incidido en que el Ayuntamiento jarrero es partidario de que «la Batalla del Vino siga creciendo, pero despacio, a su ritmo», dado que no desea que «se nos vaya de las manos» ni que se pierda la esencia de esta tradición, que se celebra de forma continuada desde 1949.






