Victoria balsámica
El Logroño piensa ya en la visita del Kadetten, en la ida de la tercera ronda de la Copa EHF, en el que será el último partido de Gurutz Aginagalde en el Palacio, defendiendo los colores riojanos. Después, la vida seguirá sin el capitán irunés (que se despidió de la Asobal en Logroño con una buena actuación individual) pero con ilusionantes retos por delantes.
De momento anoche el Logroño sumó una victoria de mínimos (32-24) ante un Cangas que se hundió tras el descanso. Los de Velasco ponen fin a su ‘crisis’ de dos derrotas consecutivas y vuelven a progresar en la tabla, aunque las derrotas ante Valladolid y Barcelona han devuelto a la realidad a un Logroño todavía en fase de reconstrucción.
El Logroño salió frío al Palacio hasta el punto de dar la iniciativa a un Cangas que, en el primer cuarto de hora, se creyó dueño del partido. Eso sí, los pontevedreses fueron incapaces de abrir brecha, permitiendo que el equipo de Miguel Ángel Velasco fuera entrando en el partido.
Así, tras jugar a la expectativa durante un tercio del partido, los locales se pusieron a correr, neutralizando a un Cangas (8-8) que, a partir de entonces, sólo pudo proponer un intercambio de golpes. El buen hacer de Javier Díaz en los últimos minutos permitió a los gallegos alcanzar el descanso con el partido igualado (11-11), ante un Logroño fuera de tono en la primera mitad.
Todo cambió, como casi siempre, tras el paso por vestuarios. El Logroño se lo tomó en serio y al Cangas, con unos ataques cada vez más lentos y previsibles, perdió fuelle y se preparó para lo previsible: su derrota. Tras cuatro ataques erráticos, el Cangas se vio cuatro abajo (15-11), una vía de agua que ni con tiempo muerto pudo frenarse.
El Logroño, conseguido el colchón, se limitó a controlar el marcador y ahorrar esfuerzos, pensando en la cita de la Copa EHF del sábado. La victoria no estaba cerrada pero al Cangas le faltaban piernas y brazo para creer en la igualada. Hacía tiempo que habían dimitido.
El cuarto de hora final, con el partido adormecido, sirvió para que Scott sacase a relucir su brazo, Sánchez-Migallón se elevará como máximo goleador y el Logroño se llevase dos puntos sin mucho sudor.






