Un plan prevé 39 acciones para prevenir el suicidio, una «asignatura pendiente»
El primer Plan de Prevención del Suicidio en La Rioja cuenta con 39 acciones, que buscan prevenir y ayudar a quienes sufren las consecuencias de «una de las asignaturas pendientes de la agenda sanitaria española por su complejidad». Así lo anunció el martes el presidente del Gobierno regional, José Ignacio Ceniceros, que presentó este plan, junto a otros miembros de su Ejecutivo; el supervisor de Enfermería, Iván Santolalla; y la presidenta del Teléfono de la Esperanza en La Rioja, Magdalena Pérez.
El presidente afirmó que el suicidio se ha convertido en España en la principal causa de muerte no natural, con 25 casos de media al año en esta comunidad autónoma, lo que supone uno cada 15 días. El documento busca, además de «salvar vidas» y «eliminar prejuicios», ayudar a quienes han estado a punto de perder o han perdido a un ser querido en estas circunstancias, ya que cada año «unas 200 personas pierden a un ser querido por suicidio en La Rioja y varios cientos sufren la angustia de convivir con quien lo intenta».
Resaltó que «ha llegado el momento de eliminar los prejuicios y estigmas que han acompañado al suicidio, asociándolo a una problemática social o considerándolo como un pecado a esconder». Este plan busca «cambiar este estado de las cosas y pasa por hablar de forma abierta del suicidio para sensibilizar a la población y decirle que es un problema de salud y, por ello, se puede tratar», incidió.
El jefe del Ejecutivo regional especificó que estas medidas desean detectar a quienes albergan ideas suicidas, puesto que el 80 por ciento de los que consuman un suicidio lo había avisado. «Este plan pretende acabar con la sensación de que se trata de muertes invisibles, casi inexistentes y que deben esconderse; quiere dar dignidad a estas personas y también a los familiares que les sobreviven porque arrastran el sufrimiento durante toda su vida», subrayó.
Prioritario en el Plan de Salud Mental
Santolalla detalló que este plan es una de las líneas prioritarias del III Plan de Salud Mental 2016-2020, y ha sido elaborado durante los dos últimos años por un grupo técnico de expertos de las distintas instituciones implicadas.
Este documento consta de cuatro líneas estratégicas: detección, abordaje y prevención de la conducta suicida; formación a profesionales e investigación; información y comunicación eficaz para visibilizar la conducta suicida y reducir el estigma social; y líneas de colaboración y coordinación.
Entre las medidas concretas, el plan contempla un Programa de Intervención Intensiva para tratar a personas que pasan por Urgencias tras protagonizar una tentativa de suicidio, que consiste en la realización de un informe personalizado para que el paciente reciba la atención que necesite en los diferentes recursos.
Así, en Atención Primaria se valorará el riesgo suicida mediante una entrevista clínica, que puede generar una alerta y un seguimiento; mientras que en Salud Mental se trabajará en la prevención del suicidio en niños y adolescentes atendidos por un intento autolítico.
‘Positivamente’ y ‘Color a la vida’
Magdalena Pérez relató que el 10 de septiembre de 2015, con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el Teléfono de la Esperanza presentó, en el Parlamento de La Rioja, un manifiesto en el que informó de la realidad del suicidio y pidió que se pusiera en marcha un plan de prevención de suicidio en la comunidad. Señaló que, al finalizar la lectura de este manifiesto, la consejera de Salud, María Martín, se comprometió, a nivel personal, a trabajar para la elaboración de este plan y, a partir de ahí, se iniciaron los trabajos para su puesta en marcha con dos retos: la parte sanitaria y la comunitaria.
Entre las medidas ya puestas en marcha, se encuentra el programa piloto ‘Positivamente’, que está en fase de prueba en algunos centros escolares logroñeses y que «está previsto que se acabe por impartir en todo los centros de la comunidad». A esta iniciativa se une la asociación ‘Color a la vida’, centrada en los familiares de personas fallecidas por suicidio; así como una guía de buenas prácticas dirigida a los medios de comunicación sobre cómo abordar estos casos en el ejercicio del periodismo.






