Tres guardias civiles reconocen su implicación en el robo de droga a traficantes
Efe / Logroño
Tres guardias civiles acusados de participar en una operación de robo de 100 kilos de hachís a traficantes magrebíes en Marbella (Málaga) han reconocido este miércoles los hechos en el juicio y un cuarto, también acusado de la operación y quien fue miembro del Grupo de Acción Rural (GAR), los ha negado.
Siete acusados en esta causa, entre ellos cuatro guardias civiles destinados en Logroño, algunos de ellos no en activo, han prestado declaración en la Audiencia Provincial de Logroño, donde se ha celebrado el juicio por estos hechos, ocurridos en 2016.
La droga que incautaron a unos traficantes magrebíes está valorada en unos 600.000 euros, según el relato del fiscal, que, en su escrito inicial, pide para cada acusado una pena de 17 años y medio de prisión, 3 de ellos por pertenencia a grupo criminal, 13 y medio por los delitos contra la salud pública, robo con violencia y detención ilegal y un por tenencia de armas.
El fiscal les pide también una multa de 1,77 millones de euros, con arresto de un año en caso de impago, otra de 2.250 euros por lesiones y el pago de las costas procesales; mientras que sus defensas piden la absolución.
El líder de la operación, tal y como ha reconocido en el juicio, es un guardia civil nacido en La Coruña, no en servicio activo en el momento de los hechos, pero destinado en Logroño, quien ha reconocido que su fin era conseguir una determinada cantidad de droga para distribuirla después.
Para ello, y de común acuerdo con uno de los traficantes magrebíes de Marbella, se sirvió del resto de acusados, a quienes ofreció entre 10.000 y 20.000 euros por ayudarle en la trama, que que se hizo simulando una operación de la Guardia Civil.
El 9 de septiembre de 2016 todos los acusados, procedentes de La Rioja, Galicia y Baleares, se reunieron en Madrid, donde alquilaron un coche y una furgoneta, cuyo conductor, que es uno de los imputados que no es guardia civil, ha negado conocer el fin de la operación, sino actuar como transportista de varios de los acusados hasta Marbella.
Ha dicho que todo el material utilizado en la operación se transportó a Marbella en el otro vehículo, pero, luego, se introdujo en la furgoneta que él conducía en bolsas cerradas sin que él supiera su contenido.
Cuando supuestamente se iba a producir el intercambio de la droga por una cantidad económica, salieron de la furgoneta cinco de los acusados, encapuchados, con chalecos identificativos de la Guardia Civil, con pistolas y escopetas, según el fiscal.
Este extremo no ha sido reconocido por los acusados que han admitido su implicación en los hechos e, incluso, uno de ellos, un preparador físico de los agentes, quien tenía un gimnasio de Logroño, ha dicho que su implicación fue evitar que se escapara uno de los traficantes.
Simulando una operación antidroga, según el fiscal, golpearon a los tres narcotraficantes, les maniataron, les robaron su documentación y les quitaron la droga, unos 100 kilogramos de hachís.
Los acusados, quienes han negado haber pegado a los traficantes, iniciaron un viaje con la droga hacia Madrid, aunque antes pararon en un área de servicio para repartir el hachís en diferentes vehículos, tras lo que fueron detenidos por agentes de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional, que tenían controlada la operación.
A los acusados se les intervinieron, entre otros objetos, dos pistolas simuladas, una de balines, otra pistola de fuego real (cargada, como la escopeta), una escopeta, munición, chalecos antibalas, defensas extensibles, armas blancas, seis chalecos de la Guardia Civil, otras prendas de instituto armado, placas, equipo de comunicaciones y pasamontañas.
Uno de los imputados, preparador físico en Logroño de dos de los agentes, ha precisado que su intervención en la operación fue evitar que uno de los traficantes escapara cuando simularon la operación.
El guardia civil nacido en La Coruña ha incidido en que conoció a uno de los traficantes de droga que operaba en Marbella, que pensó que podría conseguir una cantidad importante de hachís y que él se encargaría posteriormente de distribuir.
Uno de los agentes que estaba en activo en el momento de los hechos ha reconocido los hechos, por los que ha pedido perdón, y ha dicho que fue «un error» su implicación en los mismos.
El único de los cuatro guardias civiles que no ha reconocido los hechos, ni conocer a ninguno de los imputados, ha recalcado, ante las preguntas de su letrado defensor, que difícilmente podía conformar una banda organizada dedicada a delitos penales.
Este imputado ha dicho también que nunca se ha dedicado al tráfico de droga y que tenía asignada una pistola por su condición de agente de la Guardia Civil en activo.
Tras la declaración de los acusados, varios letrados han solicitado la no comparecencia, en días sucesivos, de sus representados, dado que, algunos están en fase de exámenes porque cursan estudios desde la prisión.






