Feli Agustín / Logroño
Con un concierto acústico, en doble sesión, el grupo de rock riojano Silenciados presentó el domingo en el bar El Dorado su segundo disco, Las noches que fuimos salvajes, un trabajo en el mercado desde el viernes con diez temas que, según sus autores, Txinin y Joselito Apaleao, contiene nuevos matices musicales, «con más colores» para sumar a una carrera que se inició hace 20 años en Silencio absoluto. «Hay canciones a otros tiempos y hemos introducido una trikitixa, un instrumento con el que nunca habíamos trabajado», explican los fundadores de la banda, que han contado con la colaboración de Víctor Estres, de Los zigalas, con un rapeo «de lujo». Tras Cultura irracional, grabado hace dos años, este nuevo disco, el octavo de la pareja en dos décadas, presenta un variado abanico de letras, «para que todo el mundo que las escuche las haga suyas», con contenido personal, pero también social.
Satisfechos con el resultado de un disco, «que hará una muesca en la culata del rockanrol», se muestran apasionados por «tocar en directo» para que la gente disfrute, tanto en formato eléctrico como acústico. «Nos gustan ambos; lo que te da un auditorio pequeño, igual no te lo da una plaza llena de público; y otras veces, al contrario», apuntan, aunque se definen como músicos de eléctrico.
Compatibilizan su faceta musical con su carrera profesional, algo que se logra «con trabajo y esfuerzo», sacando horas por la noche para ensayar y los fines de semana para tocar. «Te tiene que gustar mucho», explica la banda, que cuenta con una gran parroquia «que corea» sus canciones fuera de La Rioja. «Hemos actuado en la mayoría de los festivales de este país», señalan, el último de ellos en el Pintor rock, en El Morell, Tarragona, el 28 de octubre, justo después de que el Parlament declarara la independencia. «Fuimos los primeros en actuar, pero el festival se mantuvo ajeno», relatan el cantante y el bajo del grupo, que presentará oficialmente el disco en la sala Biribay el 27 de enero.
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