7 consejos para lograr tus objetivos
No es lo mismo hacerse el firme propósito de dedicar todos los días un rato a la lectura que dejar de fumar después de años consumiendo tabaco, pero ambos son objetivos alcanzables por cualquier persona, siempre que tengamos claras nuestras capacidades y limitaciones, y nos lo planteemos de manera realista. Es, a grandes rasgos, la fórmula que pone sobre la mesa la psicóloga sanitaria y doctora en Neurociencias, y profesora del Máster de Psicología General Sanitaria de UNIR, Sara Barbeito, que plantea siete recomendaciones muy concretas para superar con éxito los objetivos que puede marcarse prácticamente cualquier persona.
En síntesis, la profesora Barbeito viene a decir que cualquiera puede lograr su propósito si sabe cómo hacerlo. La conocida muletilla ‘yo soy incapaz de’… aplicada a dejar de fumar, adelgazar, aprender un idioma o apagar el móvil carece de base científica.
«No es una cuestión de personalidad; todos podemos cambiar. Nos podrá costar más o menos, pero lo podemos lograr si somos conscientes de los procesos psicológicos que conducen al éxito o al fracaso», asegura la experta de la universidad on line, con sede en Logroño.
La clave para hacer más fácil la consecución de objetivos -explica Barbeito- está en afrontar el reto con calma, siendo realistas y contando con apoyo en nuestro entorno. Y siempre sobre la base de analizarse a sí mismo para determinar las capacidades de cada uno y las posibilidades reales de llegar al propósito marcado.
No siempre es fácil en una sociedad como la actual, trepidante y que incita al perfeccionismo. «Hay modelos que nos llevan a un tipo de vida ideal», con expectativas ideales, pero que conducen muchas veces a planteamientos irreales imposibles de alcanzar, comenta. Según Barbeito, «hay que aprender de la experiencia de fracasos pasados, analizando bien el porqué de las derrotas». Así aprenderemos de nuestros procesos y podremos modificarlos. La mente humana es poderosa, pero tiene sus reglas y modos de proceder, concluye esta psicóloga.
1. Sé racional y realista
La emotividad se dispara a finales de año. Es una época de alegría, vacaciones, relax… Para que nuestros propósitos se cumplan, debemos estar completamente seguros de que no son ensoñaciones, o que no están motivados por el júbilo del momento. Hay determinados propósitos que, aunque nos parezcan deseables, son poco útiles, están desproporcionados o son incompatibles con nuestra vida cotidiana. Podemos plantearnos metas difíciles, pero no basadas únicamente en emociones intensas.
2. Analiza tu porqué
En Psicología se estudian dos tipos de motivaciones: intrínsecas y extrínsecas. Las primeras provienen del deseo personal de modificar algo, de mejorar la autoestima. Las extrínsecas aparecen cuando recibimos una recompensa por cumplir objetivos: un título académico, una gratificación económica, una aprobación de personas importante para nosotros. Ambas pueden ser buenas para animarnos a lograr un objetivo, pero es más fácil cambiar cuando nos autoimponemos ese cambio que cuando la motivación procede de fuera.
3. Selecciona
A todos nos gustaría superarnos. Pero hay un refrán castellano tan válido en la Física como en la Psicología: ‘Quien mucho abarca poco aprieta’. Cuanto más ambicioso resulta un propósito, más conviene que no lo mezclemos con otros. Dejar de fumar, aprender un idioma nuevo o pasar más tiempo con mis amigos son objetivos loables, pero difícilmente alcanzables todos a la vez; desde luego, más difícil que uno por uno. Centrarse y seleccionar uno o dos objetivos nos acercarán al éxito.
4. Date tiempo
Adquirir una virtud o modificar un hábito erróneo es un proceso largo, con altibajos. Tan importante como ser constante es la capacidad de sobreponerse a las caídas y recomenzar. El desánimo por no cumplir un propósito no debe apartarnos del objetivo, especialmente al inicio. Incorporar hábitos a la vida cotidiana cuesta una media de 66 días. Uno debe prever el tiempo razonable que le tomará y ser consciente que el camino hacia el éxito suele estar jalonado de pequeños o grandes fracasos que han sido superados.
5. Apóyate en hábitos
El ser humano es un animal de costumbres, que tiende a lo conocido, a mantener su zona de confort. Introducir un hábito nuevo (por ejemplo, leer un libro en inglés después de comer), sobre todo cuando choca con un hábito ya asentado a esa hora (por ejemplo, leer el periódico) no resulta fácil. Para facilitar las cosas, los psicólogos recomiendan vincular el propósito que queremos conseguir con la costumbre que ya tenemos (por ejemplo, leer un periódico en inglés después de comer).
6. Desmenuza tu objetivo
Para avanzar en lo que queremos lograr, debemos desglosar nuestros propósitos en acciones concretas para ser realizadas en momentos establecidos con antelación. Si me ha propuesto ‘hablar más con mi pareja’, debo fijar qué día y qué hora es la más adecuada. Si mi propósito es adelgazar, debo explicitar en qué momento voy a ir al gimnasio, fijar la lista de alimentos que debo tomar, etc. Otro aspecto que ayudará es premiar cada aproximación que hagamos para mantener los niveles motivacionales intactos.
7. Evalúate sin fustigarte
Un objetivo debe acompañarse con una directriz y pautas de acción para llegar a él. Dedicar un minuto en algún momento del día fijo a pensar cómo va nuestro propósito es de gran ayuda para cumplirlo; y si se anota el resultado, mejor. Además de servirnos como recordatorio, permite visualizar los avances. Con todo, no hay que obsesionarse con ver avances, sobre todo en los primeros meses. Cuando se falla, no hay que lamentarse, sino identificar las causas que nos han llevado a cometer ese fallo.






