«San Mateo es sagrado»
Carmen Sánchez / Logroño
Álvaro Marín y Andrea Ruiz son este año las ‘estrellas’ de San Mateo, los vendimiadores, los elegidos para representar a los logroñeses durante las fiestas. Si la calle Portales fuera el paseo de la fama hollywoodiense tendrían que dejar este año su propio sello, que les recuerde en los años venideros lo que en 2018 fueron. Y en eso hemos estado. En retratar a estos dos jóvenes logroñeses en el corazón del casco antiguo, donde la fiesta matea toma todo su impulso cada año. Quedamos en el Museo de La Rioja. Pero decidimos hablar de San Mateo en una terraza de la calle Portales. Los logroñeses pasean tranquilos, ajenos al barullo y estrés que conllevan los preparativos de las fiestas. Café con leche y hielos pide la vendimiadora. El vendimiador opta por agua con gas. Hablamos de todo un poco, pero San Mateo acaba acaparando la conversación. Es obligado. No tienen nervios, o eso dicen, pero sí mucha ilusión, afirmación que confirman sus miradas.
Pregunta obligada: ¿Por qué decidisteis presentaros a vendimiadores?
Álvaro: Había vivido San Mateo desde el punto de vista de un chaval joven que sale por la noche y está con los amigos y poco más. Pero, conforme vas cumpliendo años, empiezas a ver otros sanmateos, a vivir las fiestas de otra manera y a disfrutar la esencia de ser logroñés. En vez de empezar poco a poco, desde abajo, he decidido comenzar por arriba y ser vendimiador.
Andrea: Desde pequeña he vivido los sanmateos desde adentro. Mis padres han sido peñistas y yo lo soy desde hace tres años en la Peña Logroño. Los vendimiadores siempre han sido lo más desde que era bien pequeña. Cuando fui reina de la peña hace tres años, les tuve que acompañar en los actos y me pregunté: ¿Por qué no puedo ser yo? Al año siguiente me presenté. Es un sueño que siempre quise cumplir, a pesar de mi juventud. La gente joven también tiene mucho que enseñar a la ciudad.
¿Recordáis el día que decidisteis presentaros?
Álvaro: Recuerdo que vi anunciado que se abría el plazo para presentar las solicitudes. No sé exactamente dónde fue, si en Facebook o en algún periódico. Pero, después de pensarlo un poco me dije: voy a intentarlo.
Andrea: Fue hace tres años en la quema de la cuba. Ese día acabé llorando con Leire (vendimiadora) porque se había acabado todo. En ese momento se me pasó por la cabeza apuntarme al siguiente año, a pesar de ser muy joven; no sabía si la gente de mi edad se iba a presentar. Reconozco que una semana antes de inscribirme pensé en no hacerlo por miedo a que no me cogieran. Al final decidí coger el toro por los cuernos y continuar adelante.
¿Qué atractivos creéis que tiene que tener la figura del vendimiador?
Álvaro: No creo que tenga que haber un patrón establecido. La misión del vendimiador es representar a los logroñeses y los logroñeses somos todos muy distintos. Tiene que ser una persona responsable, que a la vez sea alegre, le guste relacionarse con las personas y conocer a gente nueva; tampoco sin ser muy excéntrico.
Andrea: Tiene que saber estar en los sitios, que sea una persona abierta, que le guste mostrar sus emociones, que sepa relacionarse con los demás, sienta la ciudad y disfrute y haga disfrutar a los ciudadanos de las fiestas.
¿Cómo vivisteis los días del proceso de selección?
Álvaro: Los dos años que me he presentado los he disfrutado muchísimo porque conoces gente y te relacionas con el resto de candidatos. No olvidas que estás ahí para lo que estás, pero no es una situación en la que lo pases mal.
Andrea: Durante esos días estuve súper tranquila. Era yo misma, disfrute de cada momento, de cada charla con los candidatos y la verdad que cuando hice la entrevista reconocí que me había sentido muy orgullosa de mí misma porque me había mostrado tal y como era, y que no tenía ningún filtro.
El día que supisteis que habíais sido los elegidos para representar a los logroñeses ¿recordáis a quién el mandasteis el primer Whatsapp o hicisteis la primera llamada?
Álvaro: Tenía el móvil saturado cuando llegué a casa. Lo que no consigo recordar es a quién contesté primero. Tenía muchísimos mensajes. Llamé a mi familia cuando salieron de trabajar y les hizo mucha ilusión.
Andrea: Cuando vi el móvil estaba lleno de mensajes, pero a la primera persona que llamé fue a mi abuela.
¿Cuál ha sido hasta ahora vuestra rutina en San Mateo?
Álvaro: Los últimos años procuraba levantarme pronto para ver las vaquillas, aunque no siempre lo conseguía (risas). Después quedaba con los amigos para ir a alguna degustación, ver los espectáculos. También solía ir a los fuegos y a los conciertos, si había. Antes salía más tiempo por la noche y le dedicaba menos tiempo al día y con los años ha ido cambiando.
Andrea: Siempre he madrugado para ir a las vaquillas. Después iba al chamizo de mi peña, donde nos juntábamos todos y salíamos. Dependiendo del día iba a degustaciones, pasacalles o visitas a los bares. Después de comer íbamos a los toros y, si había fuegos, los veíamos; si no a casa a arreglarse y a salir con los amigos.
¿Sois de los que lleváis el programa de fiestas en el bolsillo o dejáis que San Mateo os sorprenda?
Álvaro: Suelo consultarlo para ver dónde va a ser la degustación que más me gusta y convencer a los amigos para que me acompañen. Pero fuera de eso nos gusta callejear para descubrir qué hay.
Andrea: Al estar con la peña no puedo seguir mucho el programa, pero intento ir a los actos más populares.
¿Habéis caído algún año en la tentación de emigrar a la playa durante las fiestas?
Andrea: Me he ido una vez en la vida. Fue solo un año, pero dije que no volvía a irme en fiestas. Para mí San Mateo es sagrado y más desde que estoy en la peña.
Álvaro: Yo sí. Varios años. Fue cuando rondaba los veinte años. Pero desde los 25 no me pierdo las fiestas.
¿Cómo convenceríais a los logroñeses para que se queden en fiestas?
Álvaro: Creo que han dado muy mal tiempo por la costa (risas). Fuera de bromas, además de que va a haber novedades estas fiestas, vamos a estar también nosotros, que queremos compartir con todos los logroñeses estos sanmateos. A la playa te puedes ir todo el año, pero San Mateo solo es una semana.
Andrea: Queremos disfrutar con todos los ciudadanos y que ellos disfruten con nosotros. Ojalá se quedase todo el mundo aquí y sintieran el orgullo logroñés que llevamos todos dentro. Para ir a la playa tenemos todo el año.
¿Qué no se pueden perder los logroñeses este año?
Álvaro: El cohete. Es donde estalla toda la alegría contenida y las ganas de celebrar San Mateo. Tampoco hay que olvidar los actos principales de las fiestas, que mantienen la tradición logroñesa y riojana; conviene vivirlos.
Andrea: El disparo del cohete nos da el punto de partida de las fiestas, también hay que ir al Pisado de la Uva. Por lo menos una vez en la vida tenemos que acudir al entierro de la cuba. Es un acto muy emocionante y emotivo, donde se juntan todas las peñas y los ciudadanos. Para mí es uno de los más bonitos.
¿Con quién os haríais el primer selfie de San Mateo?
Álvaro: Es difícil saberlo. Surgirá sobre la marcha.
Andrea: Nuestro primer selfie como vendimiadores fue con Cuca Gamarra (alcaldesa) y Miguel (concejal de Festejos). El de San Mateo será sobre la marcha.
¿Vais a ser unos vendimiadores 2.0?
Álvaro: Me gustaría, pero me da que no voy a tener tiempo. Procuraré llevar el móvil encima pero tampoco puedes hacer mucho uso de él. Cuando llegue a casa, si es que me aguanta el cuerpo, miraré un poco lo que hay, compartiré alguna fotillo y poco más.
Andrea: Por lo menos intentaremos que la gente vea un pequeño resumen de nuestro día a día.
¿Qué deseáis a los logroñeses estas fiestas?
Álvaro: Que disfruten, salgan a la calle y que inviten a venir a Logroño a todos sus amigos de fuera de La Rioja.
Andrea: Que vivan cada momento, que disfruten y seamos todos muy felices. Les esperamos en todos los actos.
El plan de los vendimiadores para San Mateo
Álvaro, que ejerce como abogado, y Andrea, estudiante de auxiliar de enfermería, se confiesan amantes de las patatas con chorizo, aunque ella prefiere acompañar sus comidas o pinchos con un vino blanco dulce y él con un tinto, Rioja, por supuesto. Si se van de pinchos, el vendimiador se confiesa amante de los embuchados. Ella, en cambio, opta por el zorropito (bocatita de bacon o lomo con queso y salsa alioli).
A sus 30 años, cumplidos este viernes, Álvaro prefiere la jota al pasodoble, igual que su compañera, aunque optan por degustaciones dispares. La joven de 19 años barre para casa y apuesta por el choricillo de la Peña Logroño. Él regresa al barrio de su infancia para comerse una buena paella que sirve la Peña La Rioja en la calle San Matías.
También difieren en el entretenimiento vespertino de San Mateo. Álvaro dice ser “más de pelota”, pero ella prefiere los toros.
Pero si en algo coinciden es en que quieren disfrutar los sanmateos de día.
De la feria, el vendimiador, tras optar en un primer momento por los puestos de comida, acaba diciendo que se subiría al barco vikingo; Andrea no lo duda y sacaría una ficha para montarse en el saltamontes.
De ahí a los fuegos y, después, a mover el cuerpo. Ella se dirige al Espolón, para ver a la Orquesta Vulkano (día 19), pero él prefiere estar en la plaza del Mercado escuchando a Arizona Baby (jueves 20).






