390 niños han nacido en 4 años mediante reproducción asistida pública
Bárbara Moreno / Logroño
La Unidad de Reproducción Asistida de La Rioja aumenta cada año su actividad, y la buena noticia es que también su eficacia. La jefa de Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital San Pedro, Juana Hernández, explica que el año pasado fueron atendidas y tratadas por el servicio unas 300 parejas. Realizaron 214 ciclos de Fecundación In Vitro (FIV) y 400 de inseminaciones, lo que supone un incremento del 15% con respecto al año anterior. Comparándolo con 2013, se ha duplicado la actividad del servicio.
Desde 2014, el tiempo que lleva ella como jefa, de las 762 punciones realizadas para FIV se han conseguido 251 embarazos y han nacido 190 niños. Y por inseminación han nacido otros 200 niños.
Hoy cuentan en el equipo con cuatro ginecólogos, un biólogo, dos enfermeras y una auxiliar de enfermería, y les gustaría contar con otro biólogo para poder mantener la actividad en fines de semana y seguir haciendo tratamientos cuando las mujeres pueden estar en sus condiciones optimas por ejemplo para las punciones, así aumentaría el número de ciclos y las tasas de embarazo. Además, requieren de más disponibilidad de anestesistas, si bien son conscientes de que «estamos escasos en todo el país».
Juana Hernández explica que en breve van a contar con una nueva incubadora ‘Time Lapse’, que permitirá vigilar al embrión las 24 horas, «lo que permitirá una mejor selección embrionaria y una mejora de las tasas de embarazo».
La espera
Pero, ¿cuándo puede acudir una pareja a este servicio público? En principio, la mujer debe tener entre 25 y 40 años. Y el hombre (si es que lo hubiera), menos de 50. (Cabe recordar que también se ofrece el servicio a mujeres que no tengan pareja).
Si la mujer tiene más de 35 años, ha debido estar al menos 6 meses intentando quedarse embarazada de forma natural, «con coitos regulares»; y en el caso de mujeres de menos de 35 ha debido intentarlo durante un año.
Juana Hernández explica que primero se estudia el caso, para lo que hay lista de espera de uno o dos meses. Una vez estudiada la pareja puede decidirse tratamiento médico o quirúrgico (en cuyo caso no serían necesarias técnicas de reproducción asistida) o inseminación o FIV. Si el tratamiento que se decide es la inseminación no hay ninguna lista de espera desde la indicación (se ofrecen 4 ciclos). Y la tasa de embarazo por ciclo es del 15%.
La FIV
Para la Fecundación In Vitro la lista de espera está entre 8 y 12 meses, que es una de las listas de espera más baja de España. En este momento hay entre 60 y 80 mujeres esperando, «todo depende de las parejas que se van embarazando».
«Se recurre a esta vía por ejemplo cuando las trompas de falopio están obstruidas, o cuando el factor masculino es muy severo y no puede ser resuelto con otros métodos como encometriosis, o en caso de endometriosis».
En caso de la FIV, se ofrecen 3 ciclos por paciente como en todos los hospitales públicos, y desde 2016 se ofrece la posibilidad de vitrificación del embrión (se congela), y hay más oportunidades. El éxito de embarazo en el caso de las mujeres que se someten a fecundación oscila entre el 30 y 35% por ciclo, y tras 3 ciclos es de aproximadamente el 60%.
La ovodonación por lo público
La ovodonación es una técnica que utiliza óvulos donados y los necesitan las mujeres que no consiguen embarazos con los suyos propios. Las donantes son mujeres que se someten a tratamientos y la Ley permite que se les dé una compensación económica (máximo 1.000 euros), y no pueden donar más de cuatro veces.
En la medicina pública no se permite la compensación económica, «por lo que no disponemos de donantes y por eso no podemos ofertar esa técnica», explica la jefa del Servicio de Obstetricia del Servicio Riojano de Salud.
En caso de que mujeres quisieran donar sin compensación el Servicio Público podría asumirlo, pero es algo que de momento no se contempla.
La edad, la mayor causa de infertilidad
Cada vez hay más mujeres con dificultad para quedarse embarazada, y, la causa más común, explica Hernández, es la edad avanzada de la mujer. La fertilidad empieza a declinar a partir de los 35 años, bajando de forma más importante a partir de los 37 y de forma radical desde los 40. «Pero también encontramos a mujeres menores de 35 con baja reserva ovárica». «Sería interesante hacer un estudio sobre el tema, que podría ser nacional, para descubrir la causa, aunque probablemente esté relacionado con el estrés, tipo de vida, factores ambientales, entre otras», concluye la doctora.

«Mi sueño es formar mi propia familia»
Hace más de 3 años que Beatriz Tomás, riojana de 38 con residencia actual en Madrid, decidió ser madre. «He querido ser madre toda mi vida, pero empecé a intentarlo cuando encontré mi complemento o la parte de mi equipo y no tuve ninguna duda que sería con él, y en esa decisión empezó nuestro camino que tanto sufrimiento nos iba a traer». Así relata Tomás el inicio de su calvario por el inexplicable mundo de la infertilidad, martirio del que ha salido de momento no porque haya logrado el embarazo deseado, sino porque ahora se toma las cosas de otra forma, y desde otro prisma, con positividad. Es más, desde este nuevo lado de la orilla quiere ayudar a las familias que estén como ella, y quiere que este camino no se viva en soledad ni que sea un tabú.
Ahora colabora con la Asociación Red Nacional de Infértiles y escribe en el blog cosas tan bonitas como que «todo sueño hay que observarlo sin perderlo de vista y hay que perseguirlo, pero este sueño, no es un sueño cualquiera, en este está muy presente el corazón, que se rompe muchas veces y lo tienes que volver a recomponer». Y su sueño es «formar mi propia familia».
En su relato titulado El camino de la infertilidad me enseñó quien soy, habla de desesperación, larga espera, fracaso, carga emocional, vulnerabilidad, ansiedad y de la temida depresión.
Tomás ha hablado con Noticias de La Rioja para dar voz a este problema cada vez más común. Explica que cuando acudió al médico y dijeron que querían ser padres le recetaron ácido fólico, y no les dijeron que podían pasar meses sin resultados positivos, «por lo que cuando iban pasando los meses sin buenos resultados te vas frustrando más y más». Se fueron por la vía privada a hacerse tratamiento, ya se ha hecho cuatro. Y lo peor es el esfuerzo físico y mental. «Te juegas tu cuerpo, tu mente, tu trabajo, pasas por la ansiedad, la obsesión, la frustración y llegas al límite».
Pero, afortunadamente, ahora lo vive desde la tranquilidad, «he llegado al equilibrio, porque sé que no todo depende de mí, sino también de la naturaleza».
Tomás habla de luchas, de afrontar el miedo, de mujeres guerreras, pero quiere puntualizar en cualquier caso que es igual de respetable y de guerrera la mujer que ha decidido parar, adoptar o decidir no tener hijos. «Cada uno tiene que elegir su camino, y será igual de guerrera». Y ahora que lo ha contado públicamente, esta valiente mujer es consciente de que ha ayudado a más mujeres como ella. «Lo más bonito ha sido escuchar de varias mujeres decir: gracias por expresar lo que nunca supe explicar».
Con todo, es para muchas esperanzador que su relato lo cierre con citas como felicidad, amor, o cima. Y concluye segura: «No tengas miedo, decide tu propio camino».






