Entre el cielo y el suelo
Feli Agustín / Logroño
David Pérez Alonso (Logroño, 1976) sabrá el viernes si es el ganador del XI Trofeo Golden Gypsum en la categoría de placas de yeso laminado, que organiza Saint-Gobain Ibérica, y que premia la excelencia en la ejecución de edificios singulares que utilizan sistemas constructivos de Placo. Seleccionado entre 150 proyectos -27 son los finalistas-, los ganadores participarán en la final internacional en Lisboa, donde espera poder presentar el proyecto por el que ha sido seleccionado: la reforma de la capilla de la residencia de ancianos de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Santa Teresa Jornet, ubicada en avenida de la Constitución, junto al colegio de la Enseñanza, y que corresponde a la última fase del plan de mejoras del edificio.
El proyecto arquitectónico se asienta en la voluntad de convertir la capilla en el «corazón» del edificio, «el elemento central», a cuyo alrededor giran el resto de estancias, habitaciones, comedores o salas comunes. El diseño de David Pérez, que también ha intervenido en la reforma exterior del edificio, favorece la entrada de luz natural de dos patios dentro de la capilla, cuya construcción original se remonta a 1983, y que nuca, al contrario que el resto del inmueble, se había sometido a procesos de reforma. «La capilla original era muy oscura y hemos enfocado la obra a obtener más espacio y mejor iluminado», explica el arquitecto, que ha ampliado la estancia para obtener mayores dimensiones con el fin de dar cabida a las celebraciones religiosas que, a diario y en domingos y festivos, acogen a los ancianos y vecinos del barrio.
La obra
Para ello, y con la colaboración del arquitecto técnico Juan Carlos Esteban, y la ingeniera Laura Santos, se demolieron forjados para conseguir amplitud; en la zona del retablo, específicamente, se eliminaron dos forjados para lograr mayor profundidad; y se demolió otro en la zona del coro para facilitar que la luz natural se extendiera hasta la entrada de la capilla, la zona más oscura de la estancia. Se demolieron también los muros de sendos accesos laterales de servicio para, además de lograr más holgura en los laterales, permitir la entrada de la luz natural desde los patios a la planta baja. «Hay una relación entre esta planta y la zona del coro, que hemos enriquecido con la colocación de las nuevas vidrieras», apunta el responsable del proyecto, quien añade que se han restaurado las imágenes existentes y se ha incluido el nuevo Cristo, obra del artista riojano Cesar Orrico.
Estructuralmente, la operación más compleja ha sido la eliminación de dos grandes pilares de la zona del coro para lograr la unidad del espacio en la planta baja. La intervención en el techo responde igualmente a la tesis de facilitar la entrada de luz, que se extienda por la estancia de manera indirecta para ofrecer mayor amplitud espacial, a través de «un sistema de escamas» que sirva de difusor de la luz, explica el arquitecto.
El gran lucernario sobre el Cristo obedece además, a la demostración conceptual de la conexión de Dios tanto con el cielo como con la tierra. «La capilla es un elemento central para las religiosas, aunque la gran inversión se ha dirigido durante todos estos años a mejorar la estancia y bienestar de los ancianos», explica el arquitecto, que resalta que tanto la constructora, subcontratas, así como el equipo técnico son riojanos, cuando la sede central de la congregación se ubica en Valencia.
«Estamos supercontentas, el proyecto supera todas las expectativas; es sobresaliente, y se ha puesto mucho amor, entrega y profesionalidad», afirma sor Rosa Giménez, la madre superiora de una residencia donde seis monjas y 50 trabajadores atienden en la actualidad a 143 personas.






