«Quizás sea un poco precipitado volver a hacer deporte desde el sábado»
El domingo se abrió la veda, los niños volvieron a las calles y, como se vio en todas las ciudades, las recomendaciones u obigaciones del Gobierno central no se respondieron. Si la curva no se vuelve a inclinar, el sábado es muy probable que los deportistas, profesionales y aficionados, volvamos a poder hacer deporte de manera individual por lo que es muy probable que las escenas vividas este domingo se repitan. Como todos esperamos, el sábado va a haber más runners que en la San Silvestre.
Uno de los que saldrán a la calle para volver a correr es Juan Loma (Logroño, 2001), uno de nuestros mejores fondistas en una hornada que, en los últimos años, ha sido excepcional con Camilo Santiago, la brújula para todos ellos, Ussama Ifraj, Nacho García, Biruk Rubio, etc.
El júnior Juan Loma vive un doble confinamiento. A su actividad de destacado atleta, acabó décimo en el Nacional de Cross de Zaragoza en su categoría, se suma su condición de estudiante de primero de Ingeniería Industrial en Madrid. El 11 de marzo regresó a casa ante las suspensión de las clases. Ayer tuvo un examen on line y en julio, si la pandemia remite, realizará la recuperación de la única asignatura que suspendió en el primer cuatrimestre. Las prácticas, obligatorias, las realizará en septiembre.
La emergencia sanitaria le ha cambiado sus planes. El 18 de abril debería haber competido en Maia, Portugal, en la tradicional cita de promesas del atletismo luso y español. El 24 del mismo mes debería haber recibido en Quintanar de la Orden la distinción a mejor atleta júnior de la LigaANOC, que sí pudo concluir en tiempo. E, igualmente, el 3 de mayo tenía previsto competir en el Campeonato de España Universitario, cita también cancelada.
Superada la temporada de cross, el objetivo era «entrenar en pista» aunque el Adarraga tardará en recuperar la normalidad.
De cara a la inminente ‘apertura’ de los parques para la práctica deportiva, Juan Loma apela la «responsabilidad individual» para que el deporte se realice «de forma controlada y responsable». «Está claro que va a salir a correr todo el mundo, incluso el que nunca lo hacía», vaticina. Aunque en su opinión esta apertura a la práctica deportiva «quizás sea un poco precipitada» confía en que no haya un rebrote de contagios.
Si no hay atascos, él saldrá a correr al Parque del Ebro «a hacer los circuitos que tenemos establecidos de 500, mil y 1.500 metros». Si como es de prever hay más tráfico que en hora punta, «cambiaré de hora o buscaré algún sitio que esté menos trillado». «En Logroño hay muchas zonas para poder correr sin agobios», informa.
Aunque desde el 11 de marzo apenas ha pisado la calle, ha seguido en casa con su preparación física con una cinta, cuya velocidad máxima es 18 kilómetros por hora, comprada ex profeso: «Al principio del confinamiento sí engordé un par de kilos pero ahora me he controlado». «Hago unas dos horas de deporte al día. En cinta corro una hora, pero no es lo mismo hacerlo en casa. Hace mucho más calor y hay menos oxígeno», lamenta.
A la espera de que se abra la veda, el fondista del Tritones no tiene tiempo «para pensar en que estamos en confinamiento». Su rutina de estudio y entrenamientos sólo se rompe los fines de semanas para ver alguna película. Esta rutina cambiará a partir del sábado.






