Podemos La Rioja, en el limbo
Feli Agustín / Logroño
Corría el 16 de marzo cuando Unidas Podemos (UP), coalición que formaron Podemos, Izquierda Unida y Equo de cara a las elecciones autonómicas y municipales en varias localidades riojanas, anunciaba que Raquel Romero, una auténtica desconocida en la política riojana, iba a ser la cabeza de lista al Parlamento regional.
A pesar de que Podemos siempre ha presumido de que a sus candidatos les eligen los inscritos, Romero fue traída directamente de Berlín por el Consejo de Coordinación Estatal, como consecuencia de la situación que atravesaba Podemos en La Rioja, con sus primarias en los tribunales. Había sido el exdiputado Germán Cantabrana- a quien luego le darían la razón- quien había llevado el proceso a la judicatura, tras haber sido excluido por el secretario general, Kiko Garrido. A la vez que a Romero, Podemos elegía una gestora, que se iba a encargar de dirigir el partido en esos tiempos de zozobra, un equipo técnico que integraban Garrido, Romero y Miguel Reinares que, seguramente, poco podía imaginar que la marea de hace unos meses se iba a convertir en un auténtico huracán.
Las elecciones no les fueron benévolas, y pasaron de cuatro a dos diputadas, la propia Romero y Henar Moreno de IU, aunque los notables resultados del PSOE hacían presagiar que la conformación de un gobierno de izquierdas iba a ser coser y cantar. Pero nada más lejos de la realidad y la postura maximalista de Podemos durante el proceso de negociación y sus desmesuradas peticiones, una vez rota la coalición con IU, dieron al traste con el primer intento de Andreu de convertirse en presidenta.
Un mes después, el 20 de agosto, a la vuelta de vacaciones, Podemos firmaba un acuerdo de investidura con el PSOE, a cambio de una consejería, la de Participación, Derechos Humanos y Cooperación, que parecía que traería la tranquilidad a la política regional. Pero no fue, en el caso de Podemos, sino un espejismo y ha sido la elección de la titular del departamento la que ha hecho añicos el edificio de Podemos, que como en el cuento, estaba construido de paja. El equipo técnico propuso, el 24 de agosto, como consejera a Nazaret Martín, quien, cuatro días después, renunció al no poder compatibilizarlo con su vida familiar y laboral, y tras una serie de informaciones que cuestionaban algunas de su actuaciones. Al día siguiente, ya con Andreu presidenta, el equipo técnico eligió como consejera a Amalia Revuelta, una decisión que no fue aceptada por Romero que comunicó a la jefa del Ejecutivo que ella iba a ser quien entrara en el gobierno.
Y al día siguiente tomó posesión del cargo, a la vez que anunció que mantendría el acta de diputada, detonante para que, unas horas después, los otros dos miembros del equipo técnico, Garrido y Reinares, presentaran su dimisión en una carta abierta poco amable con la ya consejera. De tal manera que Romero se queda en solitario al frente de Podemos La Rioja a la espera de que, según informaron ayer desde la Oficina de soporte territorial, la dirección federal, que atraviesa su propio calvario, nombre un equipo técnico que convoque después una Asamblea Ciudadana que marque las líneas estratégicas que han de regir el devenir político de la formación, algo que, en este momento, no se vislumbra.
¿Será igual que con Romero?
Si las conversaciones entre el PSOE y Podemos no llegan a buen puerto, España se verá abocada a unas nuevas elecciones generales el próximo 10 de noviembre, para lo que se haría necesario conformar en La Rioja sendas candidaturas al Congreso y Senado.
Según los estatutos de Podemos, esta responsabilidad es competencia de la Asamblea Ciudadana Autonómica pero, en la situación de excepcionalidad de la formación en La Rioja, no parece tan fácil. De entrada, el Consejo de Coordinación Estatal, conjuntamente con el 20% de los afiliados y un 25 % de los círculos activos [hay otras posibilidades, que en este momento son inviables en La Rioja] podrían convocar la Asamblea.
Si esto no fuera posible, la Secretaría de Organización Estatal, esto es Pablo Echenique, propondrá al Consejo de Coordinación Estatal formar un equipo técnico que represente a Podemos y que asuma todas las funciones de todos los órganos de su ámbito territorial, salvo aquellas que expresamente sean limitadas por el Consejo de Coordinación Estatal y se indiquen en su nombramiento. Algo como esto fue lo que sucedió en las pasadas elecciones autonómicas, cuando Echenique se trajo a Romero de Berlín.






