Partidos de película II
Sé que la liga bielorrusa, donde militan el BATE Borisov, Gomel y Brest, entre otros, está teniendo audiencia millonarias. Pero es muy probable que con eso no nos baste. Y aunque el Istiklol se proclamó campeón de la Super Copa de Tayikistán (batió por 2-1 al Jujand, que se adelantó en el marcador y soñó con acabar con la hegemonía de los de Dushambe), nuestra sed de fútbol demanda contenidos más exigentes. Por eso os ofrecemos una segunda tanda de partidos de campeonato, ideales para ver en casa durante esta Semana Santa y lo que quede de confinamiento. Cada vez es menos, aunque nos hayan prorrogado el arresto domiciliario.
Empezamos el recorrido por el fútbol suramericano. Una reciente en la que no se ven balones pero sí el estadio en el que se dirimió el Mundial de Chile es Santiago, Italia de Nanni Moretti. Recrea con imágenes reales como el Estadio Nacional sirvió de prisión para los contrarios al régimen de Pinochet. En este sentido, entronca con Missing, de Costa Gavras, donde se ficcionalizan, para desesperación de Jack Lemmon, este suceso real.
Sergio Cabrera rodó además Golpe de estadio, con el Mundial 94 de trasfondo y, desde Argentina, donde el fútbol es religión nos llegaron también Pelota de cuero (continuación de Pelota de trapo), El Hincha y, recientemente, Il Mundial Dimenticato, de factura italiana, un docudrama sobre el Mundial que nunca tuvo lugar, que se jugó en 1942 y que lo ganaron los mapuches. No nos olvidamos de El hijo del crack, argentina.
La última película que nos lleva el Cono Sur es Montevideo, un film serbio producido en 2014, con mucha aceptación en su país y que recrea la aventura de la selección de Yugoslavia camino del primer Mundial de la historia, resuelto en el Estadio del Centenario con victoria de Uruguay en 1930.
Mirando al Norte, aunque los Estados Unidos siempre han vivido de espaldas al fútbol, se pueden citar un par de películas en las que el deporte rey tiene cabida. Cómica (por no decir que mala) es Kicking and Screaming, sólo apta para fans de Will Ferrer. Con base histórica, en 2004 se rodó The Game of Their Lives, basado en el equipo aficionado de Estados Unidos que en 1950 compitió en Brasil.
Pasando por Asia, Irán es el país en el que la pasión por el cine se iguala con la que se siente por el fútbol. Los cineastas más reputados han unido estas el séptimo arte con el pasatiempo preferido de la humanidad.
El fútbol ya está presente en Mossafer (El Viajero) pero, sobre todo, en Y la vida continúa. En un país arrasado por un terremoto, la población trata por todos los medios de captar una señal para ver la final del Mundial de Italia. Igual de ilustrativa es la más reciente Offside de Jafar Panahi, en la que la protagonista trata de saltarse por todos los medios la ley para ver un partido de fútbol.
Asiáticas son también Shaolin Soccer, muy valorada, o la japonesa Go rascals!, peor valorada.
Desde la irrupción meteórica de Camerún en el Mundial de Italia estamos esperando una selección africana que pongo en entredicho la superioridad europea o suramericana. Ghana, en Sudáfrica, soñó con las semifinales. Uruguay les arrebató el sueño. Al menos el cine africano también se ha acercado al fútbol. Lo hizo de la mano de Cheik Doukouré que en 1994 filmó El balón de oro, el sueño de un joven guineano Bandian de convertirse en campeón.
Y ya en Europa, del país donde nació el fútbol hay muchas películas. Vamos con alguna. United narra la tragedia aérea del 56 que sepultó a la mejor generación de jugadores del Manchester United. When Saturday comes refleja la importancia de este mientras que At shot at Glory marca las tensiones religiosas y futbolísticas existentes en Escocia. En los setenta, Richard Harris firmó El ídolo caído mientras que más recientemente en The Match se puede ver un cameo de Alan Shearer, que también tiene protagonismo en Qué pasada. No me olvido de el estadio cuyo entrada era un himno al Art Deco: The Arsenal Stadium Mistery.
Si lo que les gusta es el fútbol islandés pueden ver Fuera del vestuario (mejor si no la ven), si lo que les gusta es el martirologio, El árbitro (2010) refleja a la perfección las vicisitudes del colegiado sueco que no vio la mano de Henry ante Irlanda y si en realidad lo suyo es el fútbol recio teutón, su película puede ser Después del partido.
De Italia hay muchas, por eso ahora citaremos sólo algunas. Malas, a poder ser. Es el caso de las propuestas de Carlo Vanzina, con Diego Abatantuono al frente (gran actor, aunque no estos roles de tifoso interista). Eccezzionale …veramente. De mala que es, tuvo hasta continuación. También son transalpinas Il tifoso, l’arbitro e il calciatore, que no necesita tradición aunque en España se comercializó como El árbitro, Jaimito y el Tifosi, Al centro dell’area di rigore, otra prescindible, al igual que Tifosi. La mejor, sin ser exclusivamente de fútbol, es La domenica della buona gente. A uno de sus protagonistas le cambia la vida cuando le nombran entrenador del Nápoles….
De producción nacional es Furia Española, con Cassen y Mónica Randall, o La liga no es cosa de hombres. No decimos nada. Ricardo Zamora, el mito, se luce en Campeones. No lo hace tan bien Carmelo Gómez en El Portero. Aún nos quedan muchas más.






