La ordenanza cívica permitirá beber en la calle pero «corregirá» botellones
Feli Agustín / Logroño
Asociaciones de vecinos, de padres de alumnos, de jóvenes, estudiantes, Logroño sin ruidos; de hosteleros y empresas que organizan despedidas de soltero han conocido este martes los detalles de la Ordenanza municipal de Fomento de la Convivencia Ciudadana, más conocida como Ordenanza Cívica, que han consesuado, tras un trabajo de casi dos años, los cinco grupos municipales y otras entidades.
La ordenanza, que recibió el viernes el visto bueno de la Junta de Gobierno, se aprobará de manera provisional en el pleno de abril, y en el de junio de manera definitiva, con la voluntad de que entre en vigor coincidiendo con las fiestas de San Bernabé.
El concejal de Seguridad Ciudadana, Miguel Sáinz, ha pormenorizado el contenido de una normativa que se dirige al control de dos fenómenos sociales vinculados, generalmente, con el consumo de alcohol: los botellones y las despedidas de soltero.
La ordenanza permitirá el consumo de alcohol en la calle «siempre y cuando no se superen ciertos límites», pero «corregirá» los botellones, líneas rojas que marcarán aglomeraciones de personas cuyo objetivo sea el consumo de alcohol que «impida el descanso de los vecinos, ensucie la calle y entorpezca el tránsito peatonal o de vehículos», fenómenos que serán prohibidos y sancionados.
Al respecto, la Corporación entiende que «existen unos 15 lugares problemáticos y consolidados, 25 de manera esporádica, donde se practican botellones», entre los que Sáinz ha calificado de «especialmente preocupante» el que tiene lugar en el Muro del Revellín, que confía en poder erradicar, tal como sucedió con el que se desarrollaba en la Ribera del Ebro que, gracias a «la actuación ejemplar de la Policía Local» y la «sensibilidad» de los jóvenes, dejó de celebrarse.
Despedidas de soltero
«Mayor control» se ejercerá en las despedidas de soltero, de las que se prohibirán atuendos con contenido racista u homófobo, actitudes que alteren la convivencia o el orden público y transitar con ropas que no cubran los órganos genitales, permanecer desnudo en espacios o vías públicas o utilizar megáfonos en la calle. «No rechazamos las despedidas responsables y cívicas, y esperamos que Logroño sea un lugar atractivo para eso, pero que quede apartado del mapa de despedidas incívicas e incluso bárbaras que hemos padecido», ha argumentado el concejal.
Para poner coto a ciertas actitudes se contempla un régimen sancionador, que clasifica las infracciones de leves, graves o muy graves. Las leves se castigarán con multas entre 30 y 200 euros, que se elevarán si hay reiteración hasta los 600 euros. El año pasado, se impusieron 65, la mayoría de 100 euros.
¿Cómo se conocerá la normativa?
Para divulgar el contenido de las modificaciones de la ordenanza, se abrirá un «periodo de reflexión y comunicación», sobre todo, dirigido a la población más joven, a través de asociaciones vecinales, AMPAS y Consejos de la Juventud y de Estudiantes; igualmente, se abordará con las empresas que organizan las despedidas de solteros.
«Nos ayudarán a transmitir con claridad cuál es el alcance de la nueva ordenanza para que puedan conocerlos los jóvenes y quien acuden despedidas de soltero, dado que, en Logroño, uno puede divertirse pero con límites», ha señalado el concejal.






