«Nuestra pasión por el vino viene de los romanos; para ellos, la barbarie empezaba donde no se tomaba vino»
Gustavo Basurto / Logroño
Cerdo es lo mismo que seda, jamón y gamba vienen de la misma palabra, y trabajo significa tortura. No son chistes, aunque el humor sea uno de los ingredientes del libro Latín Lovers, en el que su autor, el filólogo y político riojano Emilio del Río, cita estos y otros muchos ejemplos del origen y evolución de buena parte de las palabras que utilizamos a diario. Emilio del Río (Logroño, 1963), conocido por muchos por su larga trayectoria política, presentó el jueves en el Espacio Santos Ochoa de Logroño un libro con el que reivindica la vigencia del latín, desde un planteamiento divertido y divulgativo, algo similar a lo que viene haciendo desde hace tiempo, como colaborador, en la sección Verba volant (las palabras vuelan), del programa de RNE No es un día cualquiera, que dirige Pepa Fernández. Latín Lovers se estructura en 53 capítulos cortos y autonómos, muy propios ‘para leer en el cuarto de baño’, como dice Mago More en la presentación de la obra. Tras su paso por la política ‘en primera línea’ (hasta ahora era diputado nacional por La Rioja), Emilio del Río se reincorporó el lunes a su puesto de profesor de Filología Latina en la Universidad de La Rioja.
Vivimos en una sociedad obsesionada con lo tecnológico, en la que lo de ayer es viejo hoy, ¿y usted reivindica una lengua muerta?
El latín es una lengua inmortal, que no es lo mismo. El latín y el griego han sobrevivido a las lenguas romances, a tres mil años de evolución y a las nuevas tecnologías. Por cierto, las tecnologías toman su nombre de las lenguas clásicas, como televisión o teléfono. No hay nada más moderno que el latín. En el libro demuestro que está presente en nuestras vidas, en la cultura, en las costumbres, en el humor, el amor y en el trabajo. Acabamos de celebrar el 1 de mayo y la palabra trabajo viene del latín y significa tortura.
¿Qué persigue con Latín lovers?
El título es un juego de palabras entre la expresión latin lover, que significa el amante atractivo y apasionado del latín, y latín lovers; es decir, los amantes apasionados del latín. El título y la portada son una provocación y el libro es una obra de divulgación, con mucho humor, con el que pretendo acercar el latín a aquellos que no tienen ni idea ni lo han estudiado nunca o que lo han estudiado y lo odian. Son todo referencias a cuestiones de actualidad, como el brexit, el deporte (cancerbero, ariete…), la economía (déficit, per cápita…), el sexo, la música o la gastronomía; pedir una ración de jamón serrano o de gambas es una costumbre que hemos heredado de los romanos, a los que les encantaban. Por cierto, jamón y gamba es la misma palabra. Mago More dice en la solapa del libro: ‘Yo pensé que el latín era un coñazo hasta que leí este libro’.
¿O sea, que el latín no es una lata?
Como cantaba Luis Aguilé, es una lata el trabajar. Y como he explicado, etimológicamente es una lata. El latín es divertido y nos ayuda a conocernos a nosotros mismos y el mundo que nos rodea. En el sistema educativo debería estar un poco más presente. Grandes países como Alemania, Francia e Inglaterra estudian más latín que nosotros.
Usted cita palabras del latín cuyo significado original resulta sorprendente a la vista del sentido que le damos hoy en español. ¿Por qué algunos vocablos han permanecido fieles a sus orígenes y otros se han hecho ‘tránsfugas’?
Tránsfuga es casi latín en estado puro. Hay muchas palabras que en tres mil años no han cambiado; otras sí. Hablamos español, una lengua derivada del latín. Y en muchos casos no solo ha habido una evolución formal, sino también conceptual. Por ejemplo, cerdo y seda son la misma palabra. Vienen de saeta, que es el pelo duro que tienen los cerdos, y la seda es también un hilo fuerte y duro. Uno deriva en cerdo y otro en seda. O jamón y gamba, que vienen de camba, que significa la pata trasera de un animal, como la forma de la gamba. Y en italiano meter la pata es meter la gamba. Otro ejemplo es la siesta. Después de comer, los romanos echaban una cabezadilla a la que llamaban la hora sexta. A partir de sexta viene la palabra siesta.
¿Una palabra que venga del latín que le guste especialmente?
Una expresión que me gusta mucho y que recomiendo es carpe diem, que es vive la vida.
¿Y un riojanismo de raíz netamente latina?
No es un riojanismo, pero a nosotros nos caracteriza el vino, y es palabra latina. Y nuestra pasión por el vino viene del mundo romano. Para ellos, donde acababa la costumbre de tomar vino, acababa la cultura. La barbarie empezaba donde no se tomaba vino.
¿La palabra política sigue fiel a su raíz etimológica, con el significado de asuntos de los ciudadanos o del estado, o es de las que se han pervertido y definen hoy otra cosa?
Política quiere decir lo que tiene que ver con los asuntos comunes. Pero hay otra palabra muy chula que tiene que ver con la implicación en la cosa pública por parte de todos. En griego, la palabra idiotes denomina al que solo se preocupa de lo suyo y no se involucra en las cosas comunes. Y a partir de ahí viene en español la palabra idiota.
De no haber caído el Imperio Romano tal vez hablásemos hoy todos latín. ¿Es un sueño lo de una única lengua para todo el mundo?
No, no…Las lenguas son una riqueza y hay que cuidarlas, mantenerlas y conocerlas. Precisamente por eso hay que cuidar el latín, que es de la que vienen las lenguas romances. De hecho, cuando surgieron, a finales del siglo noveno o décimo, el latín se siguió utilizando como idioma de la ciencia. Newton escribió en latín su Philosophiae Naturalis Principia Mathematica , y el nombre de todas las especies está en latín, algo que puso en marcha el sueco Carlos Linneo a finales del siglo dieciocho.
Hablemos de futurus. ¿Se ve más como escritor de éxito que como político?
Lo de escritor de éxito me parece muy rimbombante y excesivo. En cuanto a la política, es algo que nos afecta a todos. Y por tanto siempre estaré vinculado a las cosas comunes. Jamás dejo la política; cuando duermo y respiro, lo hago políticamente. Ahora vuelvo a mi plaza en la Universidad de La Rioja y a seguir escribiendo. Es muy importante que la gente que se dedica a la política tenga un puesto de trabajo al que volver.
No me resisto a pedirle pronóstico del resultado electoral de su partido ante el 26 de mayo. Podría ser algo así como ¿alea jacta est?
Esa podría ser una buena frase para todos los que se presentan a las elecciones. La suerte está echada.
¿Habrá segunda parte de Latín lovers?
Seguiré escribiendo en este nivel de divulgación. Porque hasta ahora había escrito unos cuantos libros de investigación.






