«No es que TVE no me pague un duro por usar el verso ‘Cachitos de hierro y cromo’, es que no me pidió permiso»
Feli Agustín / Logroño
Grabada por primera vez por Camarón de la Isla y múltiples veces versionada,Volando voy es una de esas canciones que forman parte del imaginario colectivo. Su autor, Kiko Veneno, una de las grades figuras, sin duda, de estos sanmateos, seguro que la ofrece esta noche en un concierto donde no faltarán grandes éxitos que retumban en la memoria de una generación, como Echo de menos o En un mercedes blanco.
Lleva girando todo el verano por España tras pasar por Sudamérica. ¿Qué tipo de público le espera en sus conciertos?
Depende. Hay conciertos en formato íntimo, yo solo con la guitarra, y vienen los fans, los aficionados a mi música. En los festivales nos recibe un público muy joven y muy alborotado. Y en las fiestas populares, que es un formato que me encanta, hay todo tipo de público; se juntan mi generación, sus hijos y los nietos, es un verdadero abanico, me encanta ese ambiente de fiesta mayor, ese público, aparentemente heterogéneo, pero socialmente el más homogéneo. Son conciertos muy entrañables, para bailar y para escuchar. Ver disfrutar al público es maravilloso.
Lleva en la carretera 40 años. Desde su experiencia, ¿cómo cree usted que se disfruta de la música en el mundo de spotify y macrofestivales?
Lo más importante es que la música perdió gran parte de su poder artístico y de representación. Como arte abstracto que es, perdió gran parte de su capacidad de evocación. Y todo a manos de la imagen; hoy funciona más la imagen, la moda, la publicidad, el consumo… Ya no hay mucha gente escuchando la música que ama en su casa, tranquilamente, en silencio, en unos buenos altavoces; no hay hoy, parece, tiempo para eso. Bueno, en realidad, la gente que escucha música con atención y dedicación son una minoría, como en mi generación. Cuando yo era joven, solo una minoría escuchaba música y tenía un buen equipo de sonido en su casa. Lo que pasa es que la minoría fue creciendo y dio paso a un fabuloso negocio, que hoy se ha reconvertido en negocio para la imagen.
Usted, autor de grandes canciones de la música española, ¿cómo observa la evolución de la música patria en estas cuatro décadas?
Bueno, en los carnavales de Cádiz siguen usando las canciones antiguas para los popurrís. Ha habido una brecha. Los himnos indies no han trascendido al resto de la sociedad, las compuertas intergeneracionales parecen estar bloqueadas. Ahora tenemos la sensación de que debe haber una música nueva en España de calidad, pero que no nos llega. Los circuitos culturales masivos solo están para lo muy comercial.
Ha dicho que le gusta la creatividad y lo antiguo reconvertirlo, que es clásico por formación y edad pero contemporáneo en el trabajo. ¿Cómo se adapta un músico de su trayectoria a estos tiempos, no sé si nuevos y salvajes?
En mi caso está claro que no quiero, digamos mejor que no puedo renunciar a mi estilo, pero tampoco quiero renunciar a los sonidos actuales y a las tendencias contemporáneas. Y la cuestión no deja de ser sentir la música, convertirla en algo esencial, que te llegue, que se apodere de ti. Eso es lo importante.
Recientemente ha muerto Ceesepe y usted lo ha recordado con cariño en sus redes sociales. Independientemente del afecto que le profesaba, ¿tiene tentaciones de volver la vista atrás?
Ceesepe, qué gran artista, qué persona maravillosa. Estoy muy triste por su pérdida. Pero sin mirar atrás no se puede ir hacia delante. Pregúntaselo a España. Sin desenterrar las cunetas y el Valle de los Caídos, sin dar digna sepultura a los horrores de la guerra no podemos ir hacia adelante. Pero el PSOE consintió, como pareja de baile a una derecha no democrática del todo, que utilizaba a las víctimas de la guerra civil como una amenaza permanente, como un pérfido e inhumano chantaje, y no como algo que había que comprender y superar. Ceesepe, con sus imágenes, consiguió hacernos comprender y superar muchas cosas, esa es la tarea de los artistas. Pero el mundo ‘oficial’ solo ama los valores económicos, como si la cultura no fuera un sector económico muy productivo y fundamental.
Esta inmerso en la creación de un nuevo disco, Sombrero roto, para el que su web anuncia sorpresas ¿Que podemos esperar?
Cositas buenas, eso es lo que yo espero, poder volver a conectar con un público amplio que ame la música en esta etapa de mi vida en la que me encuentro con madurez para hacerlo.
¿Le ha hecho un favor que un programa de la 2 se llame ‘Cachitos de hierro y cromo’ [de su canción ‘En un mercedes blanco’]?
No es que no me den un euro, es que ni me pidieron permiso para utilizar mi verso como título del programa.
Esa es la consideración de poco respeto que el sistema actual tiene para la cultura.
¿Sigue volando, yendo y viniendo y, sobre todo, entreteniéndose en el camino?
Siempre.






