Mario Vargas Llosa: «No reconozco esta Barcelona»
Europa Press / Logroño
El escritor y premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, aseguró ayer en Logroño que «no reconozco esta Barcelona», ante el conflicto catalán, una ciudad en la que «viví cinco años, seguramente los más felices de mi vida» cuando la ciudad condal era «la capital de la cultura de España». Ahora «es muy difícil entender lo que está pasando».
Vargas Llosa se refirió así a la situación en Cataluña y recordó la «sensación» de aquella Barcelona «cuando los españoles iban para sentirse europeos porque allí se respiraba Europa, la democracia, la libertad… había independentistas sí, pero no como ahora».
El escritor manifestó, además, que España «cometió un error cediendo la educación a las autonomías», porque «hay tres generaciones de jóvenes catalanes que han vivido en la mentira histórica y se les ha convencido de que España ocupó colonialmente a Cataluña y que les ha robado. Esta animadversión que es el nacionalismo y el movimiento independentista catalán ha retrocedido a Barcelona de ser la capital cultural de España a una cultura provinciana».
«Lo que es trágico es que esto ocurra en un país que asombró al mundo durante la Transición porque el mundo entero miró entusiasmado la Transición española».
Vargas Llosa ha realizado estas reflexiones durante su presencia en Logroño para participar en una conversación con su compatriota Pedro Cateriano sobre literatura, periodismo y política dentro de las IX Jornadas del Futuro en Español, organizado por Vocento, con el patrocinio del Ayuntamiento de Logroño, la Fundación UNIR, Sacyr y Bosonit.
El escritor también se refirió al caso de Chile, que «me ha sorprendido extraordinariamente porque es un país que ha progresado de una manera extraordinaria gracias a un consenso nacional entre la izquierda y la derecha para seguir una política económica que ha traído grandes beneficios al país y abriendo fronteras». En este punto, señaló que «ningún país latinoamericano ha reducido tanto la pobreza como Chile ni ha tenido un crecimiento de las clases medias tan comparable.
En otro sentido, el escritor aseguró que «la gran revolución audiovisual ha tenido, por una parte, algo positivo», ya que ha conseguido que, en esta época, «prácticamente la censura sea imposible» porque «la expansión del periodismo audiovisual ha revolucionado la sociedad y un Gobierno no puede poner un control total de la información». Ahora «a través de las redes sociales esta censura se burla», pero también hay que tener en cuenta que «demasiada información es sinónimo de confusión y eso ha hecho que las mentiras, encuentren un vehículo para insertarse en la sociedad».






