Maestro de maetros
Bárbara Moreno / Logroño
Si hay un maestro y profesor taurino capaz de tener paciencia y entereza con los niños ese es Diego Urdiales. Porque es capaz de mostrar ese temple y tesón que le caracteriza en el albero y llevárselo al terreno que sea menester y si fuera necesario, a cualquier otra disciplina. Así, ayer El Espolón se llenó de niños y mayores para poder ver en primera persona al torero de la tierra en la actividad Jugando al Toro.
‘Es un placer que desde el Ayuntamiento apoyen esta fiesta de los toros’, ha dicho este miércoles Urdiales a los periodistas, a la vez que explicó que iba a intentar inculcar a los pequeños los valores de la tauromaquia, ‘unos valores que ojalá estuvieran muy presentes en otro ámbitos de la vida’. ‘Nadie ha salido traumatizado con el toreo. Yo empecé en este mundo muy niño, y ni mucho menos estoy conmocionado, sino más bien todo lo contrario’. Así consideró que ‘es bonito que los niños se interesen por el toreo’.
La corporación municipal con la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, el concejal de Festejos, Miguel Sáinz, y los vendimiadores Andrea Ruiz y Álvaro Marín, acompañaron al diestro. Gamarra presentó a Urdiales como ‘no solo nuestro mejor torero de La Rioja, sino si me lo permiten, de España’, y aseguró que en la ciudad lo quieren como riojano y torero. Así deseó que los pequeños aprendan del mejor con esta actividad ‘que permite que, desde la libertad de aquellos a los que les gusta la fiesta nacional, puedan disfrutar de la presencia del toreo’.
Diego juega a ser Diego.
Diego en realidad jugó a ser Diego, ese torero que sobresale hoy en el mundo taurino por su perseverancia, tenacidad y constancia con sus bravos. Por sus naturales a cámara lenta y por ser un torero clásico que ya no se ven en las plazas.
Como dijo el presentador del acto, el taurino Gonzalo Ortigosa, ‘el torero de toreros va a enseñar a vivir despacio y a torear despacio’.
Y todo mientras Urdiales cogió con mimo los instrumentos, primero el capote para enseñar a torear de salón esas verónicas y chicuelinas con elegancia. Y después la muleta, con la que quiso enseñar ese precioso natural que solo él es capaz de ejecutar de igual forma en el toreo de salón que en los medios del ruedo frente a su res contrincante. Si bien el diestro esperó primero a ver cuáles eran las sapiencias de los pequeños, para después corregirles en su ejecución a la espera del carretón. Mateo, Jesús o Mateo y Juanillo ambos juntos ‘a la limón’, torearon con Diego, y tampoco perdieron la oportunidad los dos vendimiadores que se atrevieron a dar unos pases.
Y de fondo, algunos pasodobles, entre ellos, el que lleva su nombre, Diego Urdiales, el nombre que esta temporada se ha quedado grabado en la retina de muchos taurinos. El diestro ha dicho este miércoles que se enfrenta al mano a mano del viernes con El Juli con mucha responsabilidad ‘por la figura del toreo que supone’ su acompañante.






