Los pueblos con menos de 2.000 habitantes han perdido un 20% de su población en 20 años
Bárbara Moreno / Logroño
La Rioja cuenta hoy con 15.000 riojanos más que en 2005, pero con 8.000 menos que en 2012. En el último año ha ganado 244 personas, (en realidad han llegado más de 700 personas y se han ido menos de 500). Y aunque es una cifra muy baja, se puede apreciar un cambio de tendencia, teniendo en cuenta que desde 2012 La Rioja estaba perdiendo población.
Cierto es que en 10 años los pueblos de menos de 2.000 habitantes han perdido un 12% de su población y en 20 años (desde 1998), han perdido un 21,2% de población. Atendiendo a los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) de población al cierre de 2018, en 1998 en los pueblos de menos de 2000 habitantes había 50.692 habitantes, en 2008, 42.780 habitantes y en 2018, 37.518. Y esta estadística arroja otro dato revelador, en 20 años, el número de pueblos de menos de 100 habitantes han aumentando y pasado de ser 44 a 61.
Y ahí está el reto demográfico, en intentar mantener a los habitantes en estos pueblos. Hace unos días el Gobierno de La Rioja presentaba a la Mesa de Colectivos Riojanos la Agenda de la Población para 2030 con 131 medidas y un presupuesto de 193 millones.
Y una de las mejores iniciativas pasa por el emprendimiento y facilitar el trabajo en estos núcleos de población de la zona rural. EmprendeRioja trabaja con los autónomos que quieran iniciar sus negocios también en estos lugares, si bien son conscientes de que casi el 70% se abren en Logroño, según explica el responsable Luis Pérez. Además de organizar talleres dedicados a los emprendedores por varias localidades riojanas Emprenderioja tiene un convenio con SECOT, una organización sin ánimo de lucro que también trabajan en el apoyo a emprendedores en el ámbito rural como una acción añadida a la estrategia de freno del despoblamiento rural.
Por otro lado, están en vigor iniciativas como Re-Población Talento y Empleo en el Medio Rural, es una propuesta de Capacitae para atraer y retener el talento en el medio rural con el objetivo de conseguir una repoblación cualificada en municipios pequeños. Desde Capacitae José María Marcolaín indica que son proyectos que generan oportunidades de empleo para traer personas cualificadas a zonas rurales, de forma que se cubren las necesidades de empresas que requieren de estas cualificaciones, además de asentar el talento en zonas rurales. El proyecto, financiado por el Gobierno de La Rioja, está en su fase inicial, y ya ha conseguido asentar más de 10 puestos.
La Asociación para el Desarrollo Rural La Rioja Suroriental (ADR) también colabora con proyectos que tiene como objetivo poner freno a la despoblación rural como por ejemplo con talleres de autoempleo.
El presidente de FER-Joven, José María Marcolaín, considera que hoy en día la transformación digital y las facilidades del transporte aumentan las oportunidades de emprender en el medio rural. El responsable del área de jóvenes empresarios de la patronal riojana asegura que el precio de la vivienda, que es más bajo en zonas rurales, es también un atractivo para los jóvenes que quieren asentarse, y el medio rural también genera oportunidades.
Emprender en zonas rurales

Álex Yunqueras es un chico que ha decidido dejar la ciudad para vivir en una zona rural y montar su propio negocio, rescatando o prolongando tradiciones del lugar. El destino le ha llevado a Préjano, un pueblo de la comarca de Arnedo, de 217 habitantes (en 2018), en las faldas del monte Isasa.
Álex conocía de sobra este sitio, su abuelo era de allí, trabajó en la mina y en el campo, e hizo el camino inverso al que ahora ha hecho el nieto, «se marchó en busca de una vida mejor al norte de España a la ciudad, y yo he vuelto a la zona rural en busca de calidad de vida». Álex es de Barakaldo, vivió allí durante 20 años, estudió Informática y trabajó de ello en Bilbao, pero huyó de la ciudad atraído por lo rural, los montes y los paisajes de Préjano, aquí decidió estudiar Enología (y estuvo durante dos años a caballo entre la universidad de Logroño y Préjano), después hizo estudios de Agricultura Ecológica, también se interesó por el mundo del aceite, de hecho ha trabajado en almazaras, además de como Enólogo. Y, atraído por las plantas autóctonas y aromáticas y después de conocer que incluso en los años 60 empresas de destilerías del Mediterráneo se desplazaron a Préjano para producir plantas y conseguir aceites esenciales. Decidió crear un proyecto que fue apoyado por la Consejería de Agricultura del Gobierno de La Rioja, y que se basa en cultivar plantas aromáticas autóctonas, también su propio aceite, macerarlo y poner en valor toda la materia vegetal experimental y hacer que el producto sea viable, e implementarlo en el mundo culinario y gastronómico. «La idea era recuperar el patrimonio de los montes y meterlo en las despensas, además de evitar condimentos y sales tan adulteradas». Produce 25 especies de plantas, y procesa todo en su obrador, a mano, con calidad premium y sellos de Agricultura Ecológica y de Reserva de la Biosfera. Así que comercializa aceites macerados con hierbas, infusiones de todo tipo, pero además, ofrece distintas actividades en la zona, como talleres, charlas, visitas a su finca, y concursos.
Cierto es que con esto no vive, explica. «Es un negocio que va a más», va a ferias, a tiendas especializadas y ecológicas y a restaurantes. Trabaja media jornada para el Ayuntamiento de Préjano, «pero espero que crezca el negocio y pueda vivir algún día de ello», concluye.






