Las empresas de limpieza se afanan contra el virus
Bárbara Moreno / Arnedo
No solo es la Unidad Militar de Emergencia (UME) del Ejército la que estos días está desinfectando las zonas más concurridas de muchas ciudades de La Rioja, las empresas de limpieza también se están afanando in extremis para desinfectar zonas y lugares cotidianos a petición de sus clientes, «no por miedo, sino por extremar precauciones y no contagiarse, porque por ejemplo en una fábrica estamos hablando de que trabajan muchas personas, o en el portal y lugares comunes de una comunidad de vecinos pasan muchas familias», explica Teodoro Pérez, gerente de Limpieza y Desinfección Barpal S.L., una de las empresas de este sector más importantes de La Rioja.
Como añade Pérez, ya desde que empezó esta crisis sanitaria ellos mismos están haciendo un esfuerzo extra por desinfectar con productos más específicos zonas de paso por ejemplo en comunidades de vecinos, como en botones de ascensor, barandillas, interruptores, manillas de puertas. En oficinas están intensificando la limpieza en ordenadores, teclados, ratones, mesas, sillas, manillas de ventanas y puertas, baños. «Estamos pendientes de puntos más críticos», reitera.
Y en empresas de muchos trabajadores, han activado protocolos de limpieza específicos, para por ejemplo desinfectar en cada uno de los turnos de los operarios duchas o vestuarios, es decir, hasta tres veces al día.
Por otra parte, de forma más discontinua, están haciendo desinfecciones profundas a modo de fumigación en empresas y comunidades de vecinos y están utilizando productos como fungicidas, bactericidas y virucidas… «De momento hay stock de todos estos productos. Y de hecho son limpiadores que utilizamos en la industria alimentaria durante todo el año», especifica Pérez. Y por ejemplo en empresas alimentarias ahora, como en bodegas, «vamos a limpiar todos los días, en vez de tres veces a la semana que es lo que solíamos hacer hasta ahora».
Es cierto que este tipo de empresas están perdiendo, como otras muchas, buena parte de su trabajo, negocio y facturación por el cierre de todo tipo de centros y comercios en los que operan como bares, restaurantes, teatros, colegios, centros deportivos, centros de día o residencias. Pero por otra parte están trabajando mucho más intensamente en estos menesteres. «Aun así no nos compensa para nada y como en cualquier otro sector se va a perder mucho dinero, más lo autónomos, esto va a ser mucho peor que la crisis de 2008″, lamenta Pérez, por lo que esperan que el Gobierno reaccione cuanto antes y de soluciones.





