Los presidentes de las federaciones se reunieron ayer en Madrid para tratar distintos asuntos relacionados con la Asamblea del 20 de julio pero, en el transcurso de la cita, se abordó la composición de los grupos en Segunda B, nudo gordiano para 80 clubes y la totalidad de las federaciones.
La reunión informativa fue favorable a los intereses de una UDL que jugará la próxima temporada en el grupo II, el natural, y con la presencia de Mirandés y Burgos en detrimento de Ebro y Deportivo Aragón, la propuesta soñada por los blanquirrojos.
Pese a que la separación de los dos equipos burgaleses del grupo I_implica la ruptura de la territorialidad de los seis representantes castellanos, esta propuesta (pactada por los equipos navarros con el resto de integrantes del grupo) parece contar con el consenso de todas las federaciones y clubes.
Así lo avanzó Jacinto Alonso en el transcurso de la Asamblea de la Riojana: “La situación está bien encarrilada”. “Creo que va a ser así”, señaló dirigiéndose a Juanjo Guerreros, vicepresidente de la UDL, “pero habrá que esperar a la Comisión Delegada de la próxima semana”.
De esta forma, la UDL jugará con los 9 equipos vascos, los cuatro navarros, Sporting B, Lealtad y Caudal junto al Racing, Mirandés y Burgos, los tres equipos que más aficionados pueden mover.
El Ebro y Zaragoza B asimilarían su encaje en el grupo III con catalanes, baleares y valencianos mientras que Toledo y Talavera serían incluidos en el grupo I junto a los gallegos (7), madrileños (7) y los cuatro clubes restantes castellanos.
El grupo IV no genera disenso alguno: Las Palmas B tendrá que jugar con andaluces, murcianos y extremeños.
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