La Rioja, con el compromiso de cuidar el español
Bárbara Moreno / San Millán
«El lenguaje une, permite la comunicación y construye puentes entre personas, entre comunidades. Y desde La Rioja y desde la Fundación San Millán y su Centro Internacional de Investigación de la Lengua Española-Cilengua, tenemos la responsabilidad y el compromiso de cuidar, mimar y respetar un patrimonio común de cientos de millones de personas: el español».
Así se expresó ayer la presidenta del Gobierno riojano, Concha Andreu, en su primer acto como presidenta de la Fundación San Millán, que según dijo, lo vivió como su primer día de presidenta de La Rioja y con una gran responsabilidad, «porque, si desde el Gobierno trabajamos para mejorar la vida de las personas de nuestra Comunidad desde la Fundación tenemos la oportunidad de cuidar algo tan valioso, y tan inmenso, como la lengua con la que se comunican casi 600 millones de personas de todo el mundo».
La reina Letizia inauguró ayer en San Millán de la Cogolla la decimocuarta edición del Seminario Internacional de Lengua y Periodismo que, organizado por las fundaciones San Millán de la Cogolla y Fundéu BBVA, ha reunido en el Cilengua a expertos en diversas áreas para hablar de los aspectos éticos, lingüísticos y periodísticos de la creciente interacción entre personas y máquinas. En concreto, el título del Seminario es ‘El español y las máquinas: lenguaje, ética y periodismo’.
La presidenta del Gobierno agradeció contar «con el mejor respaldo como es el apoyo incondicional de la Casa Real», y también de los colaboradores en este Seminario. Y apostó «por conocer las normas del español, sus usos y solventar las dudas que surgen de su empleo». Una tarea, que según dijo, «es compartida desde las instituciones que se dedican a ello, hasta los profesores de lengua, los periodistas, los políticos y todos los ciudadanos y ciudadanas».
Para Andreu, el español evoluciona, «y la coyuntura actual en la que la tecnología y las máquinas forman parte de la vida diaria de cualquier persona, nos obliga a acomodar el lenguaje a un nuevo escenario». Eso sí, la presidenta se refirió a que no es necesario perder los orígenes, ni «perder el legado histórico que cada palabra contiene, ni perder la identidad de un idioma que surgió hace más de mil años, ni perder la oportunidad que nos brindan las máquinas y la tecnología para enriquecerlo».
La inteligencia artificial. José Ignacio Latorre, catedrático de Física Teórica de la Universidad de Barcelona, encargado de pronunciar la lección inaugural indicó que hay un declive mental humano, que hemos dejado el espacio a las máquinas, «y estas ya toman decisiones, y estas tienen que ver ya con la ética, y con el declive ético». El experto en aplicaciones de la inteligencia artificial y de la teoría de la información cuántica, hizo un viaje conceptual, abstracto para llegar a que en el siglo XXI el avance en inteligencia artificial es vertiginoso. Si bien aseguró que todo es programable, y si «ya hablamos con asistentes personales, el siguiente paso será confiarnos a ellos, tratarlos como amigos».
La reina de la tele
La reina Letizia hizo su aparición en San Millán, puntual a las 11.30 horas, como estaba previsto, y llegó al Monasterio de Yuso, donde además de saludar a una docena de vecinos que esperaban, conversó con unos niños que la esperaban con unos dibujos de corazones. Mientras, los periodistas no gráficos pudimos ver a la reina por una televisión en directo, a diferencia de en otras ocasiones en las que hemos podido estar en el mismo patio del Monasterio mientras entra y es saludada
La reina Letizia lleva años viniendo a San Millán de la Cogolla para inaugurar este Seminario Internacional de Lengua y Periodismo, y en algunas otras ocasiones, como ayer, no hizo discurso. Sí que escuchó atentamente las palabras de la presidenta del Gobierno de La Rioja, con la que por cierto tuvo mucha complicidad. También escuchó con atención la lección magistral del catedrático de Física Teórica de la Universidad de Barcelona, José Ignacio Latorre sobre la inteligencia artificial. Y, al igual que los niños que esperaban a la reina que conocen más de verla por la tele que quizás por su papel en la historia de España, ajenos tal vez a las ideologías de monarquías o repúblicas, los periodistas no gráficos sí que la vimos como la vemos siempre, por la tele, solo que en esta ocasión desde una sala interior del monasterio de Yuso.






