La Rioja creció en 266 personas en 2018 por la inmigración
Efe / Logroño
La población de La Rioja creció en 266 personas el año pasado, hasta situarse en 312.884, debido a la inmigración, ya que llegaron a la comunidad 762 personas, de otras regiones y otros países, mientras que murieron 488 habitantes más de los niños que nacieron.
Estos son algunos datos de la publicación ‘Principales características demográficas de La Rioja 2018’ que este martes ha presentado el consejero de Administraciones Públicas, Alfonso Domínguez, junto a la directora del Instituto de Estadística de La Rioja, Natalia Ríos.
Aunque el aumento de población en la comunidad es de solo el 0,08 por ciento, rompe la tendencia de pérdida de habitantes en la comunidad en casi la última década».
Estos datos ponen de relieve, ha explicado el consejero, que La Rioja sigue siendo una comunidad atractiva para atraer personas, sobre todo del extranjero, pero también advierten de futuras necesidades derivadas del envejecimiento de la población.
En concreto, por primera vez desde 2008, el saldo migratorio con otras Comunidades Autónomas volvió a ser positivo en 35 personas; y por segundo año consecutivo, el saldo con el exterior también fue positivo y se incrementa hasta las 727 personas. A consecuencia de este cambio se produjo un leve repunte de la población extranjera en La Rioja, que se sitúa en 33.866, lo que representa el 10,8% de la población.
Saldo vegetativo negativo
Frente a ese aumento, por cuarto año consecutivo el número de muertes (3.053) superó al de nacimientos (2.565), lo que supone un saldo negativo de 488 personas.
El consejero ha admitido que «el saldo vegetativo muestra claramente una línea descendente desde 2008 y a final de 2017 se alcanzó el mínimo valor de la última década», lo que supone que «hay que promover iniciativas dirigida a revertir esta tendencia», en referencia a la Agenda para la Población de La Rioja 2030, «y las medidas económicas, fiscales y presupuestarias para este ejercicio, recogidas en la proposición de Ley, presentada la semana pasada en el Parlamento regional por los grupos parlamentarios de PP y Ciudadanos».
En este descenso, ha dicho, influyen cuestiones como el aumento de la edad media a la maternidad del primer hijo que es de 31 años, “lo que incide en el número medio de hijos por mujer, que según el indicador Coyuntural de Fecundidad es de 1,4 hijos en La Rioja”.
La Tasa Bruta de Natalidad en 2017 fue de 8,2 nacimientos de madre residente por cada 1.000 habitantes, «si bien es muy diferente en función de la nacionalidad de la madre, ya que es 6,7 entre la españolas y 21,4 para las extranjeras».
«Este hecho, unido a la elevada esperanza de vida en La Rioja que es de 83,6 años, mientras que en España es de 83,1, son las principales causas del envejecimiento progresivo de la población riojana», ha afirmado Domínguez.
Respecto a la estructura por sexos, en 2018 ha continuado acentuándose la brecha que se inició en 2012 entre hombres y mujeres. Ese año había 315 mujeres más que hombres y en 2018 esa cifra es ya de 4.066.
Reparto desigual
Ríos, por su parte, ha destacado que la población riojana no está uniformemente repartida, sino que el 58,9% vive en Logroño y su entorno; mientras que solo el 6,3% de los riojanos viven en 134 municipios que no superan los 500 habitantes y el 1 % en los que no llegan a cien.
Mientras que Haro, Calahorra o Nájera tienen una densidad de población de más de 200 personas por kilómetro cuadrado, hay 89 municipios que no alcanzan las diez, lo que les califica como «desierto demográfico».
Villamediana «es el municipio más joven de La Rioja», donde hay más población menor de 18 años y menos mayor de 64, parámetros en los que también sobresale Lardero, ha concluido.






