La Copa del Rey hace sitio al Comillas
Logroño disfrutará de un Primera después de que el Comillas, en un entregado Mundial, hiciera historia en la renovada competición copera. En la tanda de penaltis, pese a ser mejor que los cántabros en el tiempo reglamentario, los de Javi Adán superaron a un Barquereño que, exhausto, fió todas sus opciones a los once metros.
Y fue en esta suerte donde el Comillas se encontró con el mejor Arróniz. El portero logroñés detuvo dos lanzamientos de los montañeses, intuyó otros dos y desvío con la mirada un tercero. Una proeza que permite que el conjunto riojano, subcampeón el pasado año de la Preferente, dispute entre el 17 y el 19 de diciembre la Copa del Rey.
El domingo, el Comillas estará en el bombo 1 y su rival será uno de los dieciséis equipos de Primera que debutan en la competición. La eliminatoria, a partido único, se jugará en Logroño, en un campo de hierba natural y sólo Las Gaunas puede estar a la altura de una noche histórica.
El Mundial, barruntando lo que estaba por llegar, se llenó para acompañar a un Comillas que fue superior en todo momento. Golpeó primero pero lo hizo demasiado pronto. Una internada de Pablo, el mejor de la noche, permitió a Jadraque batir, con templanza, a Alberto.
Fue una primera mitad descosida, con ritmo y dinamismo. Mientras le acompañó el físico, el Barquereño fue un rival más que digno. Su veteranía le permitió igualar al vértigo del Comillas. Así, en una acción azarosa y tras múltiples rechazos, hasta cinco entre ellos uno del palo, Iñaki firmó la igualada.
El 1-1 hizo méritos a las intenciones del Comillas y a la voluntad de un Barquereño que merodeó en un par de escarceos más por el área. Pero le faltó colmillo.
En la segunda mitad, el Barquereño intimidó al Comillas hasta que le abandonaron las piernas. Entonces, los de Javi Adán pusieron cerco a la portería de Alberto. La tuvo Borja, que no acertó ni a centrar ni a rematar. La falló Jadraque, que disparó al muñeco y también Rodri que dispuso de la más clara pero acomodó mal el remate.
El partido fue a la prórroga y, aunque por juego y físico el duelo era del Comillas, el Barquereño supo resistir. Soñó con llevar el partido a los penaltis y lo logró. Pero en la suerte suprema se encontró con Arróniz, que le negó el gol a Borja García, confundió a Chiki, que lanzó su lanzamiento fuera, y nubló a Cristofer, que como sus compañeros, soñará muchas noches con Arróniz. La historia espera al Comillas.






