La candidata apuesta por lo público y eliminará conciertos sanitaros innecesarios
Feli Agustí. / Logroño
Concha Andreu, «madre y trabajadora», llega para cambiar lo que no puede aceptar, con «audacia, ánimo y determinación», sobre dos parámetros fundamentales: la defensa de lo público desde una política fiscal progresiva.
La candidata a presidir La Rioja recopiló en tres grandes capítulos, crecimiento, sostenibilidad y derechos, los ejes de la acción de gobierno, que completó con un apartado, que denominó el deber de contribuir, en el que se incluyen las medidas fiscales.
«Crecer o morir», apeló Andreu para informar de las medidas a implementar de carácter económico en una comunidad que «languidece», que comprenden un instrumento fundamental: una estrategia que combina crecimiento sostenibilidad y justicia social para al próxima década:la estrategia 2020.
La líder del PSOE, que recordó los daños que ha sufrido La Rioja a consecuencia de las vacaciones fiscales, enumeró algunas de las acciones a efectuar: potenciar a las empresas sobre la innovación y estableciendo una estrategia de localización industrial al tiempo que se será más «selectivo» con las ayudas. En este contexto, Andreu hizo hincapié en el sector turístico que, entre otras ventajas contará con una estrategia sostenible de cara a 2030; o la cultura.
Entiende que para «transformar el sistema económico regional» se requiere un gran pacto social para caminar hacia una economía de sectores de alto valor añadido y se comprometió a luchar contra la precariedad laboral y el fomento de los empleos dignos para evitar que los jóvenes deben a abandonar La Rioja por falta de oportunidades.
Su niña bonita.
En este contexto, resaltó el valor de la UR, su «niña bonita», y para cuyo acceso anunció que bajará las tasas y aumentará el fondo social para ayudar a las familias que tengan dificultades». «En La Rioja nadie que quiera estudiar en la Universidad con méritos y capacidad se va a quedar en puertas por problemas económicos o por tasas desmedidas», afirmó.
Andreu dedicó un amplio capítulo al área de sostenibilidad y anunció que su gobierno estará «especialmente atento» al sector agrícola y ganadero y avanzó una ley agraria, un plan regional de regadíos y un «reparto justo y transparente» de las autorizaciones de hectáreas de viñedo.
El desarrollo sostenible y el cambio climático están también en su agenda, donde quiere «liderar a nivel nacional la transición hacia la producción de energía renovable», al tiempo que un Consejo Asesor de Despoblación se encargará de diseñar la estrategia para luchar contra la despoblación. Las políticas de igualdad tendrán un carácter transversal, con leyes como una contra la violencia de género, de accesibilidad universal o una de igualdad de trato y no discriminación.
Mejorar, reforzar y prestigiar los servicios públicos es otro de sus principales objetivos, que se asentará en la defensa de la educación pública, sin olvidar que los centros concertados deben ser atendidos para su «correcto» funcionamiento.
En sanidad, apuesta por reforzar la atención primaria, las urgencias e integrará la Fundación Hospital de Calahorra en el Seris. Además procederá a «la eliminación paulatina de los conciertos, convenios y contratos con empresas privadas que sean innecesarios».
Los servicios sociales, con la apertura de centros de noche, y la renta de ciudadanía tendrán también la atención de un gobierno, que desarrollará un portal de transparencia «ejemplar».
Y para todo ello, implementará una política fiscal progresiva en la que «contribuyan más aquellos que más tienen» para lo que se aumentará la contribución a altos valores patrimoniales o sucesorios. «El gobierno no va a subir los impuestos a las familias que tengan dificultades para llegar a fin de mes», quiso dejar claro la candidata a presidir el gobierno, un objetivo que este lunes no tenía fácil.






