Crónica gráfica de un drama
La Obra Social de la Fundación Ibercaja inauguró el martes, en Logroño, la muestra Los desastres de la guerra. Francisco de Goya, que es la primera edición de la serie completa de los Desastres de la guerra, compuesta por 80 grabados que Goya realizó durante los años 1810-1814. La exposición podrá visitarse en la sala de exposiciones de Ibercaja La Rioja (calle San Antón 3) hasta el 25 de julio, de lunes a sábado, de 18,30 a 21 horas, con entrada libre.
La colección constituye casi una crónica gráfica de la Guerra de la Independencia de 1808, explicó el jefe de la Obra Social de Ibercaja, Juan Carlos Sánchez, en la inauguración de la muestra, junto al presidente de La Rioja, José Ignacio Ceniceros; la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra; y la comisaria, Magdalena Lasala, entre otras autoridades.
Con esta exposición, la Obra Social de Ibercaja acerca su patrimonio a los riojanos y colabora en la difusión de la obra del pintor aragonés en los centros culturales de la entidad, en los que desarrolla su programación centrada en contribuir al desarrollo económico, social y cultural de los territorios, indicó. Tras su clausura en la sala de exposiciones de Ibercaja en Logroño, la exposición viajará al Centro Ibercaja Guadalajara, a la Sala de la Escuela de Arte de Teruel y al Centro Ibercaja Huesca, donde finalizará su itinerancia.
Según la comisaria, la exposición se estructura en tres bloques: la visión del artista de la Guerra de la Independencia en Zaragoza; su impresión sobre el hambre en Madrid; y la reimplantación del Antiguo Régimen. Francisco de Goya realizó las planchas de Los desastres de la guerra entre los años 1810 y 1814, sin duda impresionado por la convulsión en la que se vio envuelta España y por las escenas terribles que seguramente presenció o le refirieron.
Aunque se conocen unas pruebas que hizo Goya hacia 1814 o 1815, el pintor no pudo ver editada esta serie en vida, ya que, por su inconveniencia política, los grabados no fueron sacados a la luz hasta 1863, detalló la comisaria.
La muestra inaugurada ayer presenta aquella primera impresión de 1863, que fue realizada por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Cuando Goya realizó la serie de grabados conocida como Los desastres de la guerra, entre 1810 y 1814, era ya un experto grabador, pues una década antes había hecho la importantísima serie de Los caprichos, publicada en 1799.
En Los desastres de la guerra también utilizó como técnica general, presente en todos, la del aguafuerte, que combinó, según los efectos que quería conseguir, con otras técnicas de grabado calcográfico (sobre plancha de cobre), como el buril, la punta seca, el bruñidor, el aguatinta y, especialmente en esta serie, la aguada.
Combinando el aguafuerte con el buril, la punta seca y el bruñidor, tradicionales dentro del grabado calcográfico, Goya consiguió efectos de mayor intensidad de los negros y fuertes claroscuros, que daban mayor dramatismo y violencia expresiva a las figuras y a las escenas. La combinación de aguafuerte y aguada, asociadas a la punta seca, el buril, con toques de bruñidor, y en algunos casos con el aguatinta, será la más habitual.
Con esa asociación, consiguió el pintor escenas con efectos más pictóricos, con abundantes matizaciones plásticas y tonales. Así pues, según las sensaciones que quisiera transmitir, Goya elegía unas técnicas de grabado u otras. Nunca hasta entonces la guerra y sus consecuencias habían sido retratadas con tanta crudeza. Goya se convirtió, de esta forma, en cronista y reportero gráfico del desastre, detalló la comisaria, quien agregó que en la actualidad se sabe que la intención del pintor no era solamente denunciar una guerra concreta, la de la Independencia. Su denuncia trascendía el hecho histórico del que había sido testigo excepcional e invitaba a una reflexión general sobre la violencia sin medida y sentido, fuera del tiempo y de la circunstancia.






