«Hay muchas ganas de fútbol»
Calagurritano, ex futbolista hasta juveniles y entrenador del primer equipo hasta el pasado verano (se despidió con 500 partidos en un banquillo de Tercera a su espalda, el técnico más joven en alcanzar esta cifra en España) Eduardo Arévalo es el director deportivo de un Calahorra que trece años después vuelve a 2ª B. Por ahora, su misión es poner a disposición de Miguel Sola la mejor plantilla posible para lograr una permanencia tranquila.
¿Cómo se siente ante lo que empieza el domingo?
Con mucha responsabilidad e ilusión. Lo queremos hacer bien. Son muchos años esperando este momento y tenemos muchas ganas de que llegue el domingo, pero siempre con los pies en el suelo.
Habla de ilusión y responsabilidad, ¿qué predomina?
Las dos, por igual. No son antónimas. Esperamos que hayamos acertado con los refuerzos y con el trabajo realizado.
¿Qué significa la Segunda B para Calahorra?
Un reto ilusionante, son muchas temporadas esperando esto. Hay muchas ganas de fútbol. Se palpa en la ciudad, en los grupos de todas las edades.
Vivió como aficionado los años dorados del Calahorra, ¿ve paralelismos?
En cuanto a la trascendencia del ascenso, con el primero, con el del 88, sí. El segundo fue muy cercano y se asumió con más normalidad. Ahora parecía que el club se había resignado a que la Tercera fuera su destino pero se ha revertido esa situación.
La pretemporada ha sido tibia en resultados. Desde dentro, ¿qué lectura se hace?
Estamos muy contentos porque somos un grupo medio nuevo, con 11 jugadores que renovaban y los que han llegado se han acoplado al trabajo de Sola muy bien. Estamos muy contentos, de verdad. No valoramos los resultados porque se puede ganar e irnos enfadados a casa o perder y quedarnos de lo más satisfechos con la imagen ofrecida. Por ejemplo, en los dos últimos partidos, empatamos con Burgos y Ebro, dos equipos de mitad de tabla para arriba. Vamos a dar la cara desde el primer día.
El Calahorra ha apostado por una plantilla experimentada y riojanizada.
Sí, hemos hecho una mezcla de jugadores riojanos y navarros, que se sientan como en casa y piensen en el medio plazo, que sientan compromiso con el club.
La plantilla se armó pronto, ¿está cerrada?
Estamos contentos con lo que tenemos. Está virtualmente cerrada aunque hasta el 31 de agosto puede pasar de todo. Somos 20, pero gracias al filial, tenemos aún dos fichas sub’23 disponibles.
La permanencia es el objetivo. ¿Cómo se acerca uno a ella?
Con los pies en el suelo. Es una competición distinta a los últimos años, cada partido casi como una final. Es importante empezar bien. Va a ser difícil, porque hay equipos que van a estar por arriba, pero confiamos en dejar cinco equipos por debajo.
Dejar cinco por debajo, justo el número de debutantes del grupo.
Está claro que los equipos que ascienden son siempre los que más difícil lo tienen para salvarse porque los jugadores, el club, la ciudad pagan el salto de categoría. Los cinco recién ascendidos (Oviedo B, Langreo, Cultural, Gimnástica y Calahorra) somos los candidatos al descenso. Somos cinco, estamos en todas las quinielas pero habrá que revertirlo.






