Fiesta a lo grande
Europa Press / Logroño
Logroño ya está en fiestas. Desde este jueves, la capital riojana celebra las fiestas de su Patrón, San Bernabé, y un año más, fueron los niños de las ludotecas municipales los encargados de inaugurar estos días festivos recordando que, a partir de este jueves, «Logroño abre sus puertas de par en par» para todos aquellos «que quieran disfrutar de historia, fiesta y tradición». Todo, indicaron, «con una única condición»: olvidar los quehaceres y los problemas diarios y «derrochar alegría, buen humor y amistad».
A pesar de la intermitente lluvia que cayó durante la tarde en la ciudad, los niños, ataviados con trajes de la época, pusieron toda su alegría e ilusión en sus palabras para inundar de emoción el centro de Logroño que ya luce sus mejores galas. En el acto participó también la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, entre otras autoridades locales.
Tras un pequeño desfile por las calles aledañas, los niños llegaron hasta las murallas del Revellín donde pusieron voz a sus mejores deseos. Agradeciendo la presencia de todos, los niños pidieron a riojanos y visitantes que «disfruten de todos los actos de estas fiestas».
A todos, «amigos, niños, jóvenes, mayores, vecinos de fuera…» porque «todos sois todos bienvenidos a estas fiestas que estrenamos con emoción, satisfacción, honra y orgullo».
Los niños de las ludotecas infantiles rindieron un pequeño homenaje y brindaron estas fiestas a «nuestros mayores» por «habernos enseñado a querer nuestra tierra y ser el sustento de tradiciones que van pasando de generación a generación». Además -dijeron- nos invitaron «a seguir mimando nuestra tierra» y a recordar, en estas fechas conmemorativas, «la victoria de nuestro pueblo logroñés frente a las tropas invasoras» así como el acto simbólico del pez y el vino «símbolo de la resistencia de nuestros habitantes».
También hicieron una mención especial «a las personas que en sus ciudades sufren los desastres del fanatismo de unos pocos, por ellos uniremos nuestra alegría para que suba hasta el cielo». Un momento emotivo que fue respaldado por aplausos por parte del público. El acto finalizó con la lectura de un poema y el tradicional baile de voluntarios y niños.






