Fervor ante el Santo Sepulcro
NR/ Logroño
La Capilla de Los Ángeles en La Redonda se llenó de feligreses hasta el último rincón con todos los ojos y miradas en el Santo Sepulcro para no perderse ni un solo detalle de la limpieza y veneración de la imagen del Cristo. La ceremonia se ha convertido en uno de los actos de mayor seguimiento de devotos, y también de curiosos, en el Miércoles Santo de la Semana Logroñesa.
Al dar las doce en las campanas de la Basílica, el obispo Carlos Escribano entraba en el templo bajo un silencio emocionado, como manda la tradición, mientras se pide que se deje libre el estrecho pasillo para proceder a levantar la magnífica urna que guarda la bellísima imagen del Cristo. Solo en este día, en todo el año, se extrae el Cristo para su traslado hasta el centro de la capilla que se depositó en un pequeño altar, sobre cojines negros bordados en dorado y proceder a su limpieza por cuatro camareras de la Cofradía del Santo Sepulcro. En otros tiempos, se utilizaban aceite y cremas pero,tras su restauración, se limpia con unas plumas.
Las plegarias del pueblo
El obispo de la Diócesis y ante las autoridades, miembros de la Cofradía y fieles, Carlos Escribano leyó un pasaje de los Evangelios, dirigiéndose a los presentes para preparar estos días como el Cristo que se prepara para la Semana Santa. Tras concluir la limpieza de la escultura, el obispo fue el encargado de iniciar el tradicional ‘besapiés’ de la talla, al que siguieron las autoridades riojanas y logroñesas y se abrieron las puertas del templo para que los centenares de personas, que esperaban en la Plaza del Mercado participasen del acto. El público desfiló ante la imagen para besar, tocar y acercar a los más pequeños pidiendo su bendición.
Sobre las 14.30 horas, la escultura del Cristo yacente se depositó de nuevo en la urna para procesionar en este Viernes Santo.






