Ferrán Adrià aboga por apoyar a quien arriesga y tiene actitud innovadora
Efe / Logroño
El cocinero Ferrán Adrià abogó el miérocles por «apoyar a la gente que arriesga» y respaldar la actitud innovadora, «o no habrá evoluciones disruptivas, pero no es algo fácil, ni obligatorio». Adrià intervino en Logroño en una jornada sobre innovación y transformación digital para pymes, organizada por Telefonica Empresas. Aludió a la diferencia entre creación, creatividad e innovación, ya que, para él, «innovar supone introducir un cambio nuevo en una organización y que lo compren». «Ideas tenemos todos, pero si esa creatividad no se vende», no se alcanza el éxito en un negocio, aclaró el fundador del restaurante El Bulli, que cerró en 2011.
A su juicio, la innovación debe estar «acompañada de una buena gestión» y no solo supone adaptar modelos de éxito, que es diferente a copiar, «porque según se adapta un negocio se va aprendiendo, es una parte viva». El cocinero subrayó que «no hay que obsesionarse en la búsqueda de la innovación disruptiva, pero sí hay que fomentarla o el mundo no evoluciona».
Citó la incidencia del consumo de plástico en el cambio climático, de modo que, en este caso, la innovación supondría investigar para utilizar otros materiales diferentes. «Hay tantas variables cuando se habla de innovación, que si no se descodifica el genoma, no va a funcionar, y por eso el 50% de las pymes no duran más de cinco años», una cifra que para él supone «un drama».
Por otro lado, se refirió a la importancia de incorporar el sector digital al negocio, que, en su caso, se ha hecho a través de elBullistore, la tienda que vende en internet los libros editados por la Fundación El Bulli, cuyo objetivo es divulgar y fomentar la innovación, además de prestigiar y defender el legado de El lBulli en todo el mundo. «Somos una pyme y vendemos muchos libros», recalcó, por lo que, para este chef, el mundo digital ha supuesto «una auténtica revolución».
En relación al éxito internacional de El Bulli, dijo que si él lo consiguió, viniendo de «una familia trabajadora y sin haber ido a la universidad», cualquiera podría lograrlo. «Cómo lo hicimos no fue fácil, por una parte no nos dimos cuenta, pero por otra sí; lo que hicimos no fue un modelo a seguir, era fruto de la pasión de un equipo que solo trabajaba seis meses al año y el 80% del personal se renovaba cada temporada, por lo que traía mucha ilusión», relató.
«Falta investigación de mercado»
Adrià explicó que «nueve de cada diez start-up no funcionan porque sus emprendedores no han comprobado si su idea de negocio ya existía o si funcionaba», por lo que «falta más investigación de mercado y, aún teniéndola, puede fallar». A la jornada de ayer asistieron más de 150 pymes.






