Esto solo es el prólogo
Feli Agustín/ Logroño
JM.G. Le Clézio, un autor francés escasamente conocido en nuestro país a pesar de que fue galardonado con el Premio Nobel en 2008, cuenta entre su producción literaria con una novela titulada La cuarentena, donde narra una reclusión cuyas características y evolución poco tienen que ver -se desarrolla a finales del XIX en islas Mauricio- con el estado de confinamiento actual.
Sin embargo, va a ser una cuarentena lo que impida la celebración este miércoles de la fiesta de la literatura, que reserva la fecha del 23 de abril -fallecimiento de dos de los más grandes escritores de la historia, Cervantes y Shakespeare- para festejar el Día del Libro. Pero, así como hay numerosas ferias, fiestas o eventos que se han suspendido, los libreros riojanos han decidido posponerlo, a propuesta de CEGAL, la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros), que hace caso a la petición de los miembros catalanes, comunidad donde esta conmemoración goza de especial renombre.
«No lo hemos suspendido, lo hemos retrasado tres meses, hasta el 23 de julio», confirma Antonio Domínguez, presidente de los libreros riojanos, que avanza que entonces será momento para sacar los libros a la calle y organizar otras actividades culturales. No obstante, entidades sin ánimo de lucro, como el Ateneo, o públicas, tal es el caso de la biblioteca municipal Rafael Azcona, han previsto actividades online para festejar a los libros esta semana.
venta web. Y es que, a falta de concretar las distintas etapas de la desescalada, la mayoría de las librerías riojanas permanecen cerradas, aunque papelerías y los establecimientos de venta de prensa mantienen la persiana subida, al ser considerados artículos de primera necesidad
«Las librerías más grandes continúan con la venta online, que ha aumentado notablemente, se ha multiplicado por diez, y llevamos los pedidos a casa», explica Domínguez, propietario de Caprichos, en Calahorra, quien constata que no compensan la venta física.
El presidente de los libreros riojanos, que informa de que sus socios han tenido que echar mano de los ERTEs con sus empleados, destaca la capacidad de las librerías locales para la venta online y el reparto a domicilio, «mejor que una plataforma [Amazon] que paga un 1,5% de impuestos en Luxemburgo, de lo que no cobran nuestros médicos, enfermeras o policías».
«Estamos capeando el temporal, pero aguantando la respiración», exclama el propietario de Caprichos, que de manera gráfica argumenta que esta situación «es como cuando pasas una piscina, pero no sabes que iba a a ser tan larga; nos estamos empezando a quedar aire, y aún no llegamos al otro lado de la pared».
«Hemos llevado a casas compras de 1,28 euros»
Fernando Cortezón, propietario de Escala, que tiene a la papelería como una de sus principales misiones, ha ido incorporando personal «muy poquito a poco», aunque de sus 27 trabajadores permanecen siete en sus puestos. El presidente de la asociación de comercio de la FER recibe demandas de muchas personas que están teletrabajando y necesitan tinta para su impresora o, directamente, trabajos de impresión, que luego reparten a domicilio. Además, cuenta, han ampliado este servicio, de tal manera que llegan a todos los hogares, a los que llevan desde plastilina a cartulinas. «Hemos hecho repartos por 1,28 euros», explica el propietario de Escala, que avanza que es un servicio que van a mantener una vez levantado el aislamiento. «Hay que buscar lo positivo, tenemos que seguir», resalta Cortezón, que defiende la vigencia del comercio de proximidad, un interés que piensa que se ha revalorizado con la pandemia.
Los libros son un bálsamo
Bruno Calleja Escalona gestiona con su madre, Azucena, Castillo de Libros, una librería papelería ubicada en Madre de Dios, 58, que permanece abierta. «Hemos considerado necesario dar servicio a nuestros clientes», explica Calleja, quien destaca que los libros son un recurso importante y un bálsamo para aliviar el confinamiento. Su librería, que está actualizando su página web, tiene su puntos fuertes en la literatura infantil-juvenil y local, y, a pesar de que disponen de material de papelería y prensa, señala que las ventas han bajado sustancialmente, aunque reconoce que no se puede «quejar de cómo están yendo las cosas» estos días. Al respecto, destaca el aumento de ventas en material de pintura y manualidades y, a pesar de las circunstancias, ha vestido su tienda, coincidiendo con el Día de el Libro, con el eslogan ‘La vida es un libro abierto, no dejes nunca de leerlo’.
Y al igual que se ha pospuesto la fiesta de los libros, él también ha retrasado la publicación de la revista que edita, Lararium, que debía salir la próxima semana, pero que llegará «cuando pase todo».






