El epílogo más triste
NR / LOGROÑO
La aventura del Clavijo en Oro tocó a su fin. Porque los riojanos no fueron capaces ni de derrotar a Lleida, con todo a favor en un partido que controlaron hasta los cinco últimos minutos, ni se vieron secundados por el Cáceres que, tras aguantar un cuarto en Huesca, cedió ante el histórico Peñas (77-60) que seguirá un año más en el segundo escalón del básquet nacional.
Con diez victorias, el Clavijo desciende a Plata salvo una improbable permanencia administrativa. El descenso se fraguó no ayer (aunque la derrota no tiene explicación), ni en el último mes, sino en un inicio calamitoso de temporada (siete derrotas de arranque) que el equipo de Antonio Pérez ha sido incapaz de levantar. Lo de ayer era algo esperado desde la derrota hace ocho días en Palencia. Sorprendieron las formas y la nula combatividad en el último cuarto.
El Calzados Robusta hizo, desde el inicio los deberes, pero daba igual. Los de Antonio Pérez no sólo jugaban en el Palacio. Su suerte dependía de lo que sucediese en Huesca.
De nuevo guiado por Pressley y Norris, autores de 17 de los 25 puntos iniciales de los riojanos, el Clavijo se permitió un desahogo (25-16), en un primer parcial muy cómodo. El Lleida, pese a la intimidación de Nevels, no fue capaz de inquietar a los de Antonio Pérez.
En el segundo cuarto el Lleida, con un parcial de once puntos gracias al peso específico del brasileño Demetrio, que suplió por dentro el aporte ofensivo por fuera de Nevels, metió el miedo en el cuerpo a un Clavijo (28-27) que supo salir de la situación más peligrosa de la noche. Lo hizo para acabar con un parcial de 12-4 que le permitió llegar al descanso con nueve puntos de renta (40-31), con Bonifant y Carles Bravo tirando ahora del carro. En el otro partido que jugaba el Robusta, el Huesca ganaba por tres. Mala noticia para entrar en vestuarios.
Pressley, Norris y Bonifant, ajenos a lo que pasaba más allá del Palacio, ofrecieron su mejor versión tras el paso por vestuarios para ajusticiar al Lleida (50-36). Los norteamericanos, como en las últimas jornadas, dieron la cara para encarrilar la undécima victoria.
Ya no hubo reacción ilerdense aunque, por si acaso, Bonifant, con dos triples (logró doce puntos en este período), siguió ampliando la renta de un Clavijo que se fue al último cuarto catorce arriba. Aunque, en realidad, el partido de Logroño había dejado de importar. La suerte del Clavijo estaba echada porque el Huesca volaba hacia la permanencia.
El cuarto final del Calzados Robusta en Oro reflejó a las claras lo que ha sido este equipo a lo largo del curso. Los riojanos jugaron con el marcador a favor, acariciaron la insuficiente victoria número once pero a Nevels, de nuevo el faro del Lleida, le dio por engordar sus números y los visitantes se pusieron primero a cuatro, más tarde a dos y luego a uno hasta el empate final (78-78). Fue el principio del fin.
El Lleida culminó la remontada y un triple teledirigido de Nevels –que acabó la noche con 39 puntos- echó el epílogo a una noche horrible. Ni el consuelo de la victoria le quedó al Clavijo.






