«El interés por instalarse en Rioja de operadores de fuera es buena señal»
Feli Agustín / Logroño
Tras 35 años en el pleno del Consejo Regulador, Fernando Salamero (El Ciego, 1950) se ha convertido en su presidente sin ningún voto en contra. Padre de tres hijos y abuelo de tres nietos, una niña y dos chicos, es el primer alavés en presidir los órganos rectores del Rioja en un momento en el que uno de los principales debates en el seno de la Denominación radica en Viñedos de Álava. Director general financiero de Marqués de Riscal, donde comenzó a trabajar en 1974, el equilibrio es la máxima que entiende debe protagonizar el funcionamiento de la institución.
Ha llegado en un año difícil, parece que las condiciones meteorológicas sufridas hacen prever una campaña compleja.
Es un año comprometido, pero confiamos en que la labor de nuestros viticultores y los sistemas de medios de información del Consejo nos permitirán adoptar las medidas adecuadas para fijar las normas de campaña u otras acciones que sea necesario tomar.
Tras cuatro años en los que el Consejo ha estado bajo la presidencia del sector productor es el turno para las bodegas. ¿Prevé cambios?
Ya vamos teniendo un rodaje y experiencia en el autogobierno. Teniendo en cuenta que nuestro sistema nace del acuerdo entre todos, el camino marcha bien. Hemos pagado las ‘novatadas’ de la puesta en escena y los relevos, pero la máquina está en funcionamiento.
Uno de los principales debates en el seno de la Denominación ha sido y es la posible creación de Viñedos de Álava y, al respecto, el hecho de que usted sea alavés ha sido muy comentado.
La suerte de esta Denominación es que podemos ser de Álava, Navarra o Rioja, incluso cualquier español puede ser presidente. Ser alavés, para mí, es una circunstancia y un orgullo, pero eso no variará la forma de actuar. Los que estamos aquí luchamos todos por el Rioja.
El Consejo ha aprobado la regulación de vinos singulares, y tiene previsto hacer lo propio con municipio y zona. ¿Cree que con ello se desactivan las pretensiones de algunos operadores de crear Viñedos de Álava?
Se están dando argumentos y opciones para que todo el mundo esté cómodo. El desarrollo propio de nuestra Denominación sigue las indicaciones de prescriptores y clientes y la inquietud de tener mayor conocimiento de la procedencia de los vinos es lógica y muy buena. Los argumentos de diferenciación están ahí y así figurarán en la etiqueta.
¿Y se ha sobredimensionado el tema una vez que ha alcanzado el ámbito político?
Se ha sobredimensionado por exceso de información de los medios, pero no es más que una asociación [ABRA, Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa] la que lo solicita de todas las que hay en Rioja.
También los espumosos podrán etiquetarse como genéricos, reserva o gran añada en función del tiempo de crianza. ¿Había inquietud en el sector?
Pues sí, y así lo hemos puesto en valor; es una gama nueva que puede encajar. Son opciones que se van a poder elegir.
Y las categorías clásicas, de crianza, reserva o gran reserva, ¿van a experimentar cambios?
Ya se están haciendo cosas; por ejemplo, en reserva ya hay la prescripción de un embotellado mínimo de seis meses antes de salir al mercado, asunto que entrará en vigor en 2019. El objetivo es compatibilizar un proceso de mejora continua, a la vez que se revalorizan las categorías clásicas de Rioja. La revisión, no obstante, no tiene porque quedarse aquí.
Uno de los asuntos que más polémica desató la pasada campaña fue el de las uvas no recogidas. ¿Es partidario de cambiar el sistema?
Nuestro sistema se basa en el equilibrio y es por el que luchamos; debe haber un equilibrio entre transacciones y producciones, se fijan unos rendimientos para obtener una calidad. Cierto es que nunca había pasado lo de la última campaña, fue inaudito.
Una de sus principales apuestas, adelantó el día de su nombramiento, será el enoturismo.
Sí. Ya se están haciendo cosas, tanto de manera privada como desde las administraciones y, entre nuestras primeras acciones, figura hacer un diagnóstico de la oferta enoturística, donde se ha demostrado que hay un enorme potencial. El objetivo es usar esas sinergias y maximizar el valor añadido para los vinos. Lo que está claro es que el enoturismo es y será una herramienta de valor. Lo que el Consejo detecta es que, quizá, no está prestando la atención debida a esta área, donde puede colaborar. No pretendemos cambiar la orientación de nadie, sino buscar la convivencia y la multiplicación.
¿Con qué herramientas?
Ya hemos creado una plataforma interna que pretende trasladar conocimiento, formación y las mejores prácticas a las bodegas para que cualquier operador al público sepa que es lo qué funciona. En la plataformas hemos integrado una herramienta novedosa que podrá hacer autoanálisis para que cada bodega pueda diseñar su propio plan de actuación estratégico. Se busca, en conjunto, una mejora de la oferta.
¿Y para el consumidor?
Hemos ordenado toda la información disponible en nuestras diferentes plataformas, que permitirá al visitante el acceso fácil a la mucha información que ya existe y que quizás esté algo dispersa. En nuestra app se integrará información de bodegas, rutas, o alojamientos a la que se accederá con mucha facilidad. Seguimos trabajando en ello actualmente.
También considera fundamental la labor de promoción, ¿con el fin de alcanzar nuevos mercados?
El Consejo Regulador da soporte a lo que el sector demanda y tiene multitud de inquietudes, aunque hay que priorizar.
¿Y el Brexit?
Estamos estudiando el impacto que tendrá, teniendo en cuenta que el Reino Unido es el primer mercado de Rioja. Hay inquietud y necesitamos información para poder actuar.
Un gran grupo chino ha entrado en Rioja. ¿Se ve como una oportunidad o una amenaza?
El Consejo Regulador no pone barreras; el interés que muestran operadores de fuera por instalarse en Rioja es buena señal.
Hay quien apunta que el Consejo está obsoleto. ¿Cómo rebate esta percepción?
Hay libertad de opinión, así que no se por qué dirán que el Consejo es antiguo, pero yo creo que somos pioneros en todo. Y seguimos renovándonos para estar al día en las diferentes áreas.
Y en este contexto, ¿cómo se convierte el vino en atractivo para los jóvenes?
Es un asunto de educación y promoción, nos hemos relajado bastante. El modo de vida no propicia el consumo de vino en casa durante la comida y deben verlo así, educando en su consumo responsable. No es un asunto fácil, pero, entre otros aspectos, hay que moverse en redes sociales, adecuando el tono y el mensaje.
Las campañas de cerveza no ayudan.
Pues sí. Pero las grandes compañías de cerveza mueven más dinero que toda nuestra Denominación. No obstante, la imagen de calidad de Rioja es diferente y no debe asociarse al mensaje y escenarios que utilizan las cerveceras.






