El vestuario más internacional
El fútbol, tal y como lo conocemos, cambió en diciembre de 1995 cuando un tribunal de Luxemburgo dictaminó que era ilegal el cupo de extranjeros para futbolistas de la Unión Europea. A partir de la llamada Ley Bosman, las normativas se relajaron permitiéndose alinear a más tres de jugadores extranjeros procedentes no sólo de la UE, sino también de su Espacio Económico, Suiza y, posteriormente, ampliándose a África con el acuerdo Cotonou.
23 años después, los vestuarios de la gran mayoría de clubes, independientemente de su categoría, son multiculturales. Sucede en Primera pero también en Tercera y, como no podía ser menos, en la Primera Femenina. El EDF, que el domingo regresa a la competición ante el Valencia, cuenta en sus filas con ocho deportistas extranjeras. La última en llegar ha sido la marfileña Ida, que se suma a la zambiana Banda y a la ecuatoguineana Dorine. La penúltima en firmar por el EDF fue la estadounidense Cami Privett que se unió a su compatriota Claire Falknor, que lo ha jugado todo, y a las suramericanas Nágela Oliveira (Brasil) así como a las primeras en llegar a Logroño: Ámbar Soruco (Chile) y Vanessa Santana (Argentina). La Primera femenina no tiene cupos de extranjeras (la única limitación compete al tipo de licencia de las jugadoras: nacional o territorial). «España tiene las licencias federativas que tiene, el mercado nacional es muy limitado y por eso recurrimos tanto al mercado internacional», justifica Sergio Martínez, gerente del EDF y ex jugador, en su día de Logroñés (plagado de jugadores uruguayos en la 1996-97), Lugo y Recreación.
Las ocho extracomunitarias se han integrado, a la perfección, en la dinámica del EDF, un club en el que el castellano es la lengua vehicular aunque Claire Falknor se ofrece como ‘intérprete’ de sus compañeras. «Llegó sin saber el idioma, pero su implicación es máxima», ensalza Sergio Martínez.
Para que Ida, Banda o Cami hayan debutado con el EDF, hay muchas horas de scouting, trámites burocráticos y negociaciones con intermediarios. «A Banda la llevábamos siguiendo desde julio», aunque hasta finales de octubre el EDF no logró cerrar su llegada. Héctor Blanco, el técnico del primer equipo, y Fernando Martínez, el director deportivo, analizan muchos vídeos antes de dar el visto bueno a su llegada. A partir de ahí toca negociar con los agentes («antes todos poníamos cara a los representantes y ahora, en este mercado global, no, funcionamos con correos, teléfono, etc.», apunta el gerente del EDF) y, una vez sellado el acuerdo contractual, el papeleo administrativo. La Rioja suele ser una de las comunidades más exigentes como suelen recordar los clubes de baloncesto y voleibol logroñeses. A los trámites requeridos por cada Delegación de Gobierno se suman las trabas impuestas por los países de procedencia de las jugadoras. «Con Claire (Falknor), al ser de Estados Unidos, no hubo muchos problemas pero con Banda, que es africana, todo fue más complicado. En su caso tuvimos que esperar a que el Ministerio del Interior de Zambia autorizara su salida porque ella es oficial del Ejército», informa Sergio Martínez. Desde LaLiga y desde la Federación Riojana se blindó la ayuda necesaria para agilizar los trámites. «Al año que viene, si logramos la permanencia, creo que será todo más fácil», respira aliviado.
Calendario complicado
Con ocho extranjeras en sus filas, las convocatorias internacionales han lastrado al EDF a lo largo de la temporada. La celebración de la Copa de África con la presencia de Banda y Dorine trastocó los planes del técnico Héctor Blanco. «Eso nos pasó factura», lamenta el gerente, consciente de que conseguir un calendario unificado en el fútbol femenino «no es fácil». «Es complicado conciliar todos los intereses. Nos pasó con Banda y Dorine, pero también con Ana Tejada, que estuvo un mes en Uruguay para el Mundial sub’17. A medio plazo debería haber un calendario unificado, pero hay que esperar». En febrero, habrá un nuevo parón que obligará al EDF a prescindir de alguna de sus jugadoras en plena carrera por la permanencia.
Convocatorias internacionales al margen, el EDF se encuentra encantado con su vocación multinacional. «La experiencia está siendo buena». Sólo hace falta que entre todas, pasaportes al margen, ayuden para que Las Gaunas vuelva a disfrutar de la Primera femenina la temporada que viene.






