El Centro del Rioja, de nuevo en obras
C.S. / Logroño
Las obras que recientemente se han realizado en el Centro de la Cultura del Rioja para reparar diversas deficiencias no han sido suficientes para subsanar todos los desperfectos que presenta el edificio, cerrado desde hace ya tres años. A la inversión de 95.000 euros que en su día se hizo para asumir estos trabajos, hay que sumar ahora un importe máximo de 93.300 euros que aprobó ayer la Junta de Gobierno Local.
En el expediente de contratación aprobado figuran las siguientes reparaciones: filtraciones de muros cortina de las fachadas, puertas automáticas, carpintería de madera y metálica, instalación eléctrica, fontanería, albañilería, pintura y pulido de solados de piedra natural.
Estas obras están justificadas por la Dirección General de Arquitectura del Ayuntamiento en un informe del pasado 4 de julio, según explicó ayer el portavoz del equipo de Gobierno, Kilian Cruz-Dunne, quien previó que los trabajos, que consideró «obras menores», comiencen a lo largo de las próximas semanas.
El CCR, cerrado
Ante este nuevo escenario, pensar que el CCR abrirá sus puertas al público a finales de este año, tal y como se previó inicialmente, se presume, cuanto menos, complicado. Toda vez, además, que el equipo de Gobierno está tratando de contar con la aportación de empresas, entidades e instituciones para hacer viable el proyecto en el que ahora está trabajando el Ayuntamiento de Logroño.
Según precisó Cruz-Dunne, el anterior proyecto del CCR generaba unos gastos cercanos al millón de euros y unos ingresos de unos 12.000 euros. «Nosotros, como equipo de Gobierno, lo que nos hemos fijado es mantener una gestión rigurosa del presupuesto municipal y hasta que no logremos compensar estos ingresos y gastos a través de diversos colectivos turísticos, entidades como la nueva Mesa de Bodegas de Logroño, empresas o el propio Gobierno de La Rioja no podremos hablar de una apertura definitiva», afirmó.
Las últimas reparaciones
El CCR asumirá dos reformas en menos de un año. Las últimas actuaciones que se han realizado finalizaron el pasado mes de febrero y supusieron un desembolso a las arcas municipales de 95.000 euros. Con este importe se reparó la cubierta del edificio que tenía filtraciones de agua y se limpiaron las lonas que remataban los techos del patio del edificio. También se tuvo que actuar en la instalación eléctrica, en las cámaras de vigilancia y en la carpintería. Igualmente se realizaron trabajos de pintura, de sellado de grietas y cierres de seguridad en huecos de los accesos de fachada en calle Marqués de San Nicolás y Ruavieja.

Más espacio dotacional para Maristas
El solar del antiguo colegio Maristas, delimitado por las callas avenida de Colón, Ciriaco Garrido y Calvo Sotelo, gana más espacio dotacional público, en detrimento de la plaza de uso público que estaba prevista en el terreno, que pasará de tener forma rectangular a cuadrada. De la modificación puntual del Plan General que aprobó ayer la Junta de Gobierno Local para reordenar el espacio de este solar, además de duplicar la superficie de ladotación pública de 1.369 a 2.747 metros cuadrados, se prevén más usos que el deportivo, como el asistencial, entre otros.
El concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, Jaime Caballero, detalló que esta modificación da respuesta a las consideraciones realizadas por la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo de La Rioja (COTUR) y negó que esta tramitación devuelva este proyecto a la «casilla de salida», pese a que este acuerdo se someterá a un plazo de exposición pública de veinte días, además de resolver las alegaciones que se presenten y superar un nuevo trámite ante la COTUR antes de recibir el visto bueno definitivo por parte del pleno municipal.
Además de introducir las consideraciones de este organismo, el equipo de Gobierno ha aprovechado la coyuntura para introducir algunas modificaciones como cambiar la proporción de la plaza que se creará en Ciriaco Garrido, que pierde el «fondo de saco» que se creaba; reducir la altura de la dotación pública del polideportivo de 9,5 a 5 metros para reducir su impacto en las viviendas y fachada del antiguo colegio; y cambiar la altura del edificio residencial de Ciriaco Garrido de siete a seis alturas.






