«El arcoíris sí sería un sueño»
Mientras la mayoría del pelotón pone rumbo a Levante o Canarias, escenarios privilegiados de la pretemporada invernal, Shelya Gutiérrez (Varea, 1994) hace de la LR-341 (la comarcal que vertebra los pueblos de la Mancomunidad de Moncalvillo) su paisaje habitual de entrenamiento, con tandas matinales de 150 minutos a cinco horas. Hasta el próximo lunes lo hará enfundada en los colores corporativos del Cylance californiano. A partir del 1 de enero, vestirá el azul eléctrico de Movistar, la escuadra más potente del pelotón español.
2017 fue un año inolvidable. ¿Cuál es su balance de esta temporada?
Pues ha sido un año muy diferente marcado sobre todo por la falta de salud (en junio sufrió un atropello) que me ha obligado a acabar la temporada antes de lo esperado. Pero me quedo con las cosas buenas, que también las ha habido: las victorias en China, las buenas carreras hechas, el buen trabajo de equipo, la escapada en solitario en el Giro…
¿Qué tal se encuentra de la lesión? ¿Tiene miedo cuando se sube a la bici?
No, miedo, no pero es cierto que neurológicamente he estado mal. Hubo una fase en la que era muy sensible a la luz y a los sonidos, pero de las cervicales ya estoy bien.
Sus estudios de Psicología (cursa tercero), ¿le han ayudado para superar este trance?
Soy una persona mentalmente muy fuerte y muy positiva, pero físicamente estaba mal. Ahí, la psicología poco puede hacer.
¿Qué le pide a 2019, un curso totalmente diferente después de su fichaje por Movistar?
Le pido especialmente tener salud y tener la fuerza suficiente para luchar por lo que quiero.
La próxima temporada formará parte del mejor equipo español. ¿Se siente una privilegiada?
Estoy muy contenta de que una marca de casa apueste por mí. Es muy de agradecer, aunque es cierto que vengo de una escuadra (Cylance) con mucha experiencia internacional, de haber corrido las mejores carreras con las mejores ciclistas…
Comparte colores con los Valverde, Landa, Quintana…
Como amante del ciclismo, me encanta. Los conozco desde juveniles, casi, de haber compartido mundiales y ahora son mis compañeros.
¿Qué ciclista le emociona?
Siempre me ha gustado Valverde, por su forma de ser, la pasión que le pone, su trayectoria….
El Movistar masculino tiene distintas apuestas para Tour, Giro y Vuelta. Usted, ¿se siente jefa de filas?
Sobre el papel, sí que me han firmado con esa intención pero eso hay que demostrarlo en las carreras.
¿Cuál es su planificación para la próxima temporada? ¿Cambia en algo con su fichaje por Movistar?
En principio, la temporada es muy similar. La pretemporada también lo es. Tengo la misma libertad que tenía en el Cylance. El 10 de febrero competiremos en la Vuelta de la Comunitat Valenciana y después intentaré hacer todas las clásicas que pueda. Veremos qué tal respondo.
2019 es año preolímpico. El sueño de todo deportista es participar en unos Juegos. ¿El suyo es estar en Tokio?
El sueño de todo ciclista es correr un Mundial. El Mundial lo disputan 120-140 ciclistas, a los Juegos sólo van unas setenta. En realidad es el Mundial la carrera que nos mide. El sistema de clasificación para los Juegos Olímpicos es muy complicado. Intentaré conseguir los puntos para que España se clasifique, pero no es un objetico específico. Voy a intentar hacerlo lo mejor posible, eso sí.
Habla del Mundial. En 2016, en Doha (Catar) fue octava. ¿Se puede mejorar esa clasificación?
He corrido con las mismas corredoras que acabaron por delante en el Mundial y las he ganado. Creo que se puede optar a mejorar la octava plaza. Eso sí sería un sueño, el arcoíris. Pero es un sueño. Llevo mucho tiempo sin poder entrenar bien y sólo pienso en recuperarme…
¿Clásicas o grandes vueltas?
Soy de clásicas. Nosotras sólo tenemos el Giro y, hoy por hoy, no pienso en la general, pero sí en etapas, que es lo que nos gusta a todas.






