Concha Andreu, presidenta de La Rioja
Feli Agustín / Logroño
«Prometo defender con fuerza, ilusión y determinación los derechos de esta tierra, y de la sociedad viva, libre e igualitaria que queremos crear». Con estas palabras, Concha Andreu (Calahorra, 1967) cerraba la intervención en su segundo debate de investidura, que ha culminado con su elección, por mayoría absoluta, como presidenta del Gobierno de La Rioja, cargo del que tomará posesión mañana.
Andreu, cuyo primer saludo tras su elección fue para su predecesor, José Ignacio Ceniceros, ha contado con los 15 votos de su partido, el socialista, y los dos de las diputadas del grupo mixto, Henar Moreno, de Izquierda Unida; y Raquel Romero, de Podemos; una vez que la formación morada firmara la semana pasada un acuerdo de gobierno que permite a la candidata convertirse en presidenta un mes después de que se negara a darle su apoyo. La cesión de una consejería, la de Participación, Cooperación y Derechos Humanos, «una oferta equilibrada», que ocupará una representante de Podemos, ha posibilitado la creación de un gobierno de izquierdas.
Concha Andreu se convierte así en el octavo presidente riojano, la primera mujer que ostenta dicho puesto, y abre una nueva etapa en la historia de La Rioja, que cierra 24 años de gobiernos del Partido Popular.
En un hemiciclo repleto, plagado de cargos públicos y militantes socialistas, la presidenta, durante una de sus intervenciones -respondió conjuntamente a las diputadas que apoyan el Gobierno, y por separado a los grupos de la oposición, además de ofrecer una breve alocución de cierre-, dirigirá un ejecutivo «progresista, de coalición y de izquierdas», asentado sobre tres pilares: la defensa de lo público, de los jóvenes y el empleo, con el compromiso de los tres partidos que lo sustentan -Izquierda Unida de forma externa- a trabajar por ello.
No al gusto de todos
«Hemos firmado un acuerdo para ser cumplido, vamos a gobernar para todos porque la izquierda siempre piensa en el bienestar común», afirmó la presidenta que, ante los gestos airados de la oposición, destacó que «para todos, aunque no al gusto de todos».
«Tendrán que acostumbrarse, acostúmbrense y disfruten», aconsejó Andreu, quien rechazó las acusaciones vertidas, tanto por PP como Ciudadanos, de conformar un gobierno inestable, radical y de extrema izquierda.
«Déjennos hacer y no malinterpreten el acuerdo, que es limpio y transparente y está a la vista de todos», exigió la diputada socialista, que censuró a los grupos de la oposición que critiquen sus socios de gobierno toda vez que PP y CS han pactado con Vox, «un partido de extrema derecha. «Nuestro acuerdo se aleja de cualquier extremismo», aseguró Andreu, que insistió en su petición a la oposición de que permita trabajar a un gobierno «progresista, comprometido y con mucha ilusión».
La presidenta, que manifestó su respeto al Parlamento y recalcó los diferentes roles que desempeñan Ejecutivo y Legislativo, prometió ponerse al frente de un gobierno de progreso, que sea un ejemplo para toda España. «La Rioja nos necesita y nos está esperando, es un momento histórico, para comprobar que se puede gobernar de otra manera», enfatizó la primera mujer que estará al frente del Ejecutivo regional, que tomará posesión mañana a mediodía.
La casa de los líos
Y de repente, móvil en mano, Raquel Romero se echó a llorar, se levantó del escaño y cundió el pánico entre las filas socialistas. Pero volvió, votó y Concha Andreu fue elegida presidenta. La diputada de Podemos aseguró después que se había emocionado por una felicitación recibida desde Berlín.
Sin dudar de su palabra, la versión que circula es otra y apunta a profundas divisiones internas en Podemos -que mantuvo una larga reunión la tarde-noche del lunes sin llegar a un acuerdo- sobre el reparto de cargos en la consejería que ostentará. Es más, hay quien duda de que la titular sea la decidida por la gestora, Nazaret Martín, al parecer enfrentada con Romero respecto a quienes han de acompañar a la consejera. La diputada, que no quiso hablar del asunto porque era «el día de Concha», cuenta con el apoyo de Equo y los asesores llegados de Castilla-La Mancha; Martín, con los de la gestora, entre los que figura su pareja, Kiko Garrido.






