El Clavijo todavía está muy verde
El Clavijo inició el curso con derrota (80-84) en un encuentro muy equilibrado decidido por el poderío por dentro de Arteaga y Drew Maynard, bien sostenidos por fuera por Cárdenas y Víctor Manuel Pérez.
Los riojanos apelaron a la heroica pero no pudieron con un Oviedo muy maduro, mejor conjuntado y con más banquillo. Coggins (20 puntos), en su estreno en la Oro, ofreció muy buenas sensaciones al igual que Yates o el propio Gutenius. Pero fueron insuficientes para contrarrestar al equipo asturiano, al que no le tembló el pulso cuando el partido se puso áspero.
El Clavijo estuvo casi todo el primer cuarto a merced del Oviedo, poderoso en el juego interior, hasta que la entrada de Coggins dio una nueva velocidad al equipo de Jenaro Díaz. Un triple del estadounidense, seguido por otro de Carles Bravo desde la esquina (13-13) devolvió el equilibrio al encuentro aunque los asturianos siguieron explotando las pérdidas del Clavijo para recuperar la iniciativa. El Oviedo castigó por dentro y los riojanos se desconectaron, firmando un parcial final de 2-10 que hipotecó la reacción mostrada.
Ajustó su defensa el Clavijo, que aminoró su desventaja. El Oviedo sólo fue capaz de anotar dos puntos en cuatro minutos y el encuentro se niveló a medida que los rookies locales se soltaron hasta el punto de dar la vuelta al partido (29-27). El equipo de Jenaro Díaz se movió entonces al ritmo marcado por Olekaibe, sus compañeros se liberaron y el Oviedo se vio por primera en apuros. Los riojanos dominaron 38-34 aunque dos malas acciones defensivas, culminadas con un triple y un tiro, llevaron el partido al descanso con un equilibrio total. Los puntos de Coggins y Yates neutralizaron el poder intimidador de Arteaga.
Tras su paso por vestuarios, el Clavijo perdió la inspiración y, aunque tardó tres minutos en anotar, no perdió la cara al partido. Desde el perímetro, los de Jenaro Díaz se reengancharon al duelo. Coggins fue, en este tercer período, el argumento ofensivo casi exclusivo de un Clavijo que no recuperó la iniciativa pero se negó a una derrota anticipada.
Ante la carestía de argumentos por dentro, el Clavijo elaboró bien sus posesiones, circuló el balón con oficio pero le faltó fortuna desde el perímetro. Por eso se fue al parcial definitivo tres puntos abajo (54-57), una distancia reversible.Porque con un mate de Balamou, el Clavijo anunció sus intenciones. Pero éstas pasaban por frenar a Maynard. Y cuando el estadounidense se sentó, entró Arteaga en pista aunque los riojanos lograron, tras convertir el partido en un correcalles, igualarlo (65-65).
Fue un espejismo. Un triple de Cárdenas y una canasta bajo el aro de Arteaga pusieron contra las cuerdas a los riojanos (67-72), con cinco minutos por jugarse. Le faltó fe al Clavijo para acometer estos minutos finales, decididos por el músculo más que por la razón. El Oviedo, con el pívot canario como referencia, no perdió su colchón que fue suficiente para lograr la primera victoria del curso.
Al Clavijo, que intentó la heroicidad a medias en el último minuto, le pudo su inexperiencia. Aún está verde pero merece crédito. Sólo necesita tiempo y la suerte que ayer no tuvo.






