El Clavijo se rehabilita
NR / Logroño
El Clavijo logró este viernes su tercera victoria (91-82) de la temporada tras acabar, gracias a su óptima disposición defensiva, con un Palencia que, tras el descanso, se estrelló una y otra vez con el muro riojano. El Clavijo más coral trasladó su crisis al Palencia, al que iguala en la tabla. Tras la buena imagen ofrecida, la próxima visita a Manresa se ve de otra forma.
En las dificultades el Clavijo se crece o al menos en casa ofrece su mejor versión. En el primer cuarto, el conjunto de Jenaro Díaz paró los pies al Palencia que, pese a contar con el poderío de Ruffin, no supo cómo detener a Adala Moto. El camerunés ofreció su mejor prestación desde su llegada a Logroño: intimidó a Urko Otegui, reboteó en los dos aros y anotó en un inicio (22-22) de máxima igualdad.
En el segundo cuarto, el partido se ofuscó, con un juego cada vez más tosco y confuso. Ruffin castigó al Clavijo que no encontró esta vez a Moto. Lo que se perdió en vistosidad se ganó en intensidad aunque el Palencia culminaba todos sus ataques.
El Clavijo perdió capacidad de intimidación interior pero se encontró con la buena mano de Erik Quintela, letal desde la línea de 6,75 metros para evitar cualquier conato de escapada palentina (38-37). Y cuando no la embocaba el gallego, era Gutenius o Coggins (que llegó al descanso con 10 puntos y parecía que no había hecho nada), los que se proponían desde el triple. De este forma, y con un fogonazo postrero de Yates, logró el Clavijo llegar al descanso con el partido ligeramente de cara (47-45).
Los riojanos apretaron su defensa y sólo permitieron que el Palencia anotase desde la personal. Tal fue la intensidad defensiva que no tardó el Clavijo en entrar en el bonus aunque un afortunado ‘dos más uno’ de Yates obligó a Joaquín Prado a parar el partido (56-48). Los de Jenaro Díaz se fueron por ocho, un tesoro casi inesperado ante un Palencia incapaz de anotar en jugada. Pressley, a dos para el descanso, rompió la sequía castellana con una penetración que dio alas a los visitantes que se fueron al descanso nueve abajo, mal menor tras un parcial desolador en lo ofensivo (16-9).
El Clavijo no menguó su intensidad, se ganó un colchón de seguridad de quince puntos (74-59) y se limitó a esperar. La tercera estaba hecha porque el Palencia, en siete minutos, no pudo rescatarse (aunque Campara y Ruffin forzaron un inquietante 79-73 a tres del final, silenciado por cinco puntos consecutivos de Moto). El Clavijo sonríe al fin.






