Clavijo en el horizonte
NR / LOGROÑO
Este domingo, 30 de abril (11 horas), tendrá lugar la segunda edición de la Subida a Clavijo, prueba estrenada el pasado año y que vuelve con fuerza (cerca de 200 corredores inscritos), la misma que exige para completar sus dieciséis kilómetros de recorrido. Porque aunque su incorporación al circuito de pruebas populares Ciudad de Logroño ha sido reciente, la carrera quiere perpetuarse en el calendario.
Camilo Santiago, el mejor fondista riojano, ha sido el gran impulsor de una prueba «con encanto, diferente y dura» toda vez que no todas las carreras ofrecen un entorno natural como escenario privilegiado, ni un desnivel positivo de 500 metros, el que hay que salvar para llegar de Logroño a Clavijo, un enclave muy ligado al deporte. Primero fue el automovilismo; después el ciclismo popular; y, desde el pasado año, el atletismo. Todos acaban rindiéndose al encanto de Clavijo, una joya a apenas 62 minutos (tiempo que invirtió Camilo Santiago en completar el pasado año el recorrido de la prueba) de Logroño.
Para el fondista riojano, lo que diferencia a la Subida a Clavijo del resto de populares que pueblan el calendario riojano es «su recorrido». «Es muy bonito. Los últimos 6 ó 7 kilómetros, una vez superado Alberite, son una gozada porque vas ascendiendo con el castillo de Clavijo a la vista», ensalza.
Porque «aunque muchas carreras transcurren por cascos urbanos, con puentes de piedra, catedrales, ésta es única. El paisaje es espectacular, las vistas y, encima, este año se ha cambiado el recorrido y se llega a Clavijo justo por debajo del castillo». «Es distinta», se emociona.
Albeldense de adopción, Santiago está muy ligado al escenario por el que transcurrirá la prueba: «Para los que somos de Albelda, Clavijo forma parte del paisaje. La ermita de San Marcos (ayer se celebró su romería) está a sus pies. Siempre me había atraído la idea de hacer una prueba por ese recorrido y el pasado año, de la mano del Añares Rioja y del Ayuntamiento de Logroño, se consiguió».
La carrera tiene dos partes bien diferenciadas. La primera se centra en los 9 kilómetros que separan Logroño (la salida tiene lugar en el Polideportivo Universitario) de Alberite, un trayecto rápido, cómodo, plano. Pero, a partir de ahí, la Subida a Clavijo adquiere todo su sentido. En primer lugar, porque para abandonar el tramo urbano de Alberite hay que superar la cuesta de Paguillos, «una burrada, explosiva, con un desnivel del 20%». De hecho, Santiago fue el pasado año el único atleta capaz de completar la cuesta corriendo. Superada esta dificultad, el recorrido no se ahorra exigencias para seguir subiendo hasta llegar a los 872 metros de altura de la ansiada meta.
Para esta segunda edición, la organización ha reservado 225 dorsales. Los interesados en inscribirse (21 euros; servicio de bus y guardarropa incluidos) pueden hacerlo en clubanaresrioja.com.






