El Clavijo derrota a la montaña
Reconocía Jenaro Díaz, hace un mes, que el Clavijo tenía por delante toda una montaña. Melilla, Castellón, Palencia y Manresa componían esa travesía himalayítica. Cuatro semanas después, el conjunto riojano sigue en puestos de descenso pero tras la exhibición ante el Manresa (73-61), el Clavijo tiene licencia para soñar con la salvación. Fue, sin lugar a dudas, el mejor partido de los logroñeses en el Palacio en lo que llevamos de curso.
El Clavijo ofreció un primer cuarto inmaculado para contener a un Manresa que igualó gracias a la fiabilidad exterior de Nacho Martín la contienda. Fue un parcial plagado de intensidad en el que los de Jenaro Díaz neutralizaron a la mejor plantilla de la Oro. Como sucediera con el Castellò, el partido prometía y, pese a los recursos manresanos, el Clavijo no se arrugaba (21-17).
Tarik Phillips, convertido en improvisado finalizador, dio la máxima diferencia al Clavijo (seis arriba) aunque el partido no tardó en equilibrarse de nuevo porque los riojanos, obtusos ahora en ataque, sólo anotaron cuatro puntos en cuatro minutos (25-25). Un triple de Gintvainas, al contraataque, obligó a Jenaro Díaz a parar el partido.
El partido estaba tremendamente igualado pero Yates, en ataque, cometió su tercera falta (cuatro llevaba el conjunto riojano en 16 minutos) y el Manresa, de nuevo con un triple de Gintvainis, se distanció (29-33). Era un momento crítico y el Clavijo, atascado pese a su buena actitud defensiva, no supo reponerse ante el equipo de Aleix Durán que alcanzó el descanso cinco arriba. Un castigo excesivo.
Un triple de inicio de Tarik Phillip y una gran acción individual de Erik Quintela empataron la contienda (37-37). En poco más de tres minutos, los de Jenaro Díaz encestaron los mismos puntos -11- que en todo el cuarto anterior. Los riojanos anotaban en cada ataque, pero el Manresa tampoco tenía problemas para castigar el aro local (47-48).
El baloncesto premió la actitud solidaria del Clavijo que con un parcial de 6-0 se puso por delante, logró su máxima ventaja y obligó al Manresa a incurrir en numerosas faltas personales. Aleix Durán paró un partido que entraba en una dinámica que no interesaba a los vallesanos. Pese al conato de reacción catalana, el Clavijo entró en el cuarto final con un resquicio de esperanza (57-53).
En el parcial decisivo, el conjunto riojano no se arrugó, se cobró su máxima diferencia del partido para entrar, en los últimos siete minutos, nueve arriba. No eran muchos pero podrían bastar para un Clavijo irreprochable en su entrega.
Los riojanos explotaron la crisis vallesana para entrar, en los últimos cinco minutos con once puntos de ventaja ante un Manresa que, ahora sí, se rindió pese a que Lluis Costa desde el triple trató de iniciar la remontada. Pero Evan Yates, enchufadísimo, acercó la octava.
El Clavijo sigue en descenso pero con triunfos como el conseguido ante el Manresa todo se ve diferente.






