Cierra la guardería Arlequín tras 37 años de servicio a miles de niños
Bárbara Moreno/ Logroño
La guardería Arlequín, ubicada en la calle Lope de Toledo esquina con Avenida Lobete, ha cerrado después de 37 años dando servicio a miles de niños logroñeses.
Una de sus seis socias explicaba ayer a Noticias de La Rioja que estaban recogiendo todas sus cosas del centro después de que el mismo viernes echaran el cierre. «Y la verdad es que nos ha dado mucha pena, aunque ya teníamos asumido el cierre desde hace algún tiempo». Arlequín es de las guarderías más antiguas de La Rioja, al menos de Logroño, indica. Y las causas del cierre explica es que hay menos niños, mucha más competencia, el barrio ha envejecido, «y los jóvenes prefieren dejar a los niños en las guarderías de sus barrios, nuevas zonas donde hay centros, en vez de desplazarse». Además, hay algunas socias ya jubiladas.
El centro, de 3.000 metros cuadrados de los que 1.800 es inmueble y el resto jardín, es de uso dotacional educacional. Es propiedad de las socias de la guardería. Y ahora están abiertas a escuchar ofertas para darle un nuevo uso, ya sea en alquiler o venta. «Tiene unas instalaciones idóneas para hacer una ludoteca, un centro de inglés, un Montessori», explicaban las socias mientras ayer recogían sus objetos personales, y todo el material que se puede encontrar en un centro como este, desde cunas, hasta juguetes, puzzles, juegos de madera, libros, decenas de triciclos, y hasta cambiadores o percheros.
Desde los nacidos en 1979
Por Arlequín han pasado varias generaciones de logroñeses, los primeros niños que la usaron nacieron en 1979 y han llevado después a sus hijos. Han sido miles de niños los que han pasado por estas instalaciones, que contaba con área para bebés de 100 metros cuadrados alejada de los más mayores, y seis aulas de 50 metros para niños de 1 a 3 años adaptadas por edades. Además contaban con un patio interior de 250 metros cuadrados con techo acristalado para los días más fríos en los que no podían salir a los jardines.
Esta guardería era más que conocida por ser una de las de ‘toda la vida’. Las socias expresaban ayer a Noticias de La Rioja melancolía porque llevan casi toda su vida en el centro. «Cogimos el solar vacío, hoy hay un centro, unos árboles enormes, uno de los tilos más grandes de la ciudad, es que lo hemos visto crecer desde cero, esto es como nuestro hijo», decía una de las socias muy emocionada. Y mientras, recordaba como el pasado viernes celebraron la última fiesta de graduación de los pequeños.
Y es que por el centro han llegado a estar más de 18 trabajadoras, y 150 niños al año. Unas cifras que atrás quedaron con la caía de natalidad de los últimos años. Ahora cabe esperar a conocer qué futuro le deparará a este centro, en medio de la ciudad frente a Cascajos y frente a las nuevas viviendas que algún día se construirán tras el soterramiento de las vías del tren.
Con todo, las socias del denominado hoy C.E.I. Arlequín quieren agradecer a todas las familias que han pasado por el centro su disposición, el haber contado con ellas para el cuidado de sus niños, y sobre todo su cariño. Por todo ello su última palabra es gracias.






