Caminar sin salir de casa
El coronavirus nos ha quitado prácticamente un mes de primavera, el tiempo preferido para echarse a andar, y a partir de hoy nos va a dejar sin Semana Santa, tiempo de procesiones pero también para ir a la montaña.
Aunque el cuerpo nos pide ponernos a andar -en plan flâneur o echarnos al monte- la literatura vuelve a salir a nuestro rescate. Acá va una buena selección de libros que van, precisamente, de eso, de andar. Bill Bryson nos recuerda en El cuerpo humano: Guía para ocupantes que el ser humana da 200.000 millones de pasos. Se dan siempre con distintos zapatos pero con los mismos cartílagos.
El primero es On Trails, publicado en España bajo el nombre de En los senderos: Reflexiones de un caminante y escrito por Robert Moor. Va de lo que señala el título, de cómo el hombre ha conquistado caminos y de la necesidad de balizar los senderos que jalonan nuestra vida.
Obras máximas de la literatura italiana, peripetéticas a su vez, son el Decamerón de Boccaccio (ya saben, historias de ricos florentinos huyendo de la peste), una compilación de cien cuentos cortos narrados durante diez días, y la obra cumple del país transalpino: la Divina Comedia, el viaje de dante Alighieri por el Infierno, Purgatorio y Paraíso.
Los cómics también se han aproximado al arte de caminar. Así Jason publicó no hace mucho Un noruego en el Camino de Santiago y el japonés Jino Taniguchi los paseos por su barrio en El Caminante.
La literatura beatnik tiene su biblia en Jack Kerouac y su En el camino, aunque a todos se nos antoja imposible ir andando desde el Village de Nueva York hasta San Francisco. La respuesta española es El Camino de Delibes. No va de caminar. Va de algo más importante, de abandonar las raíces, de asomarse a la madurez. Todos alguna vez nos hemos emocionado con Roque el Moñigo o Daniel el Mochuelo.
De nuevo en los Estados Unidos, fue Henry David Thoureau el que más ha glorificado la vida natural. Un paseo invernal, Walden y Todo lo bueno es libre nos sirven para este propósito pero su ensayo canónico sobre el arte de andar en comunión con uno mismo y con la naturaleza es Caminar, lectura imprescindible para estos tiempos de reclusión forzada.
Sin salir de la Costa Este y si lo que nos gustan son los retos extenuantes, el Sendero de los Apalaches nos propone 3.500 kilómetros desde Georgia hasta Nuevo Hampshire. Si lo queremos prolongar, hay tres mil más hacia Terranova. Esta ruta, tan mítica como la 66 pero sólo realizaba a pata, tiene mochilas de literatura a sus espaldas. Una de las más hilarante es Un paseo por el bosque, de nuevo de Bill Bryson. Es cierto que el autor estadounidense afincado en Inglaterra tiene un libro para cada cosa pero este merece la pena. Su título en inglés (A Walk In The Woods: The World’s Funniest Travel Writer Takes a Hike) hace justicia a lo que ofrece.
Regresando al Viejo Continente, los románticos ingleses fueron los primeros en redescubrir el placer de andar pero son ahora los autores franceses los que con mayor profusión han conjugado aventura y literatura.
El canónico es Sylvain Tesson. Ganó el Goncourt con La vida simple. Al estilo de Jack London se pasó seis meses en una cabaña junto al lago Baikal, provisto de un baúl de vodka y otro de la mejor literatura clásica.
Sobrevivió. Antes y después de esta hazaña se dedicó a recorrer el mundo en bici, a caballo a pie. En L’axe du loup hace un recorrido por Siberia y el Golfo de Bengala. En La marche dans le ciel nos acerca Bután y el Tibet mientras que en Sur les chemins noir, transita durante cuatro meses por Francia con una mochila como mayor pertrecho. Su último libro es La panthère des neiges, la versión actualizada del clásico de Peter Matthiessen El leopardo de las nieves.
De factura francesa aunque la hazaña tuvo lugar en el continente negro es Africa Trek, disponible en casi todos los idiomas (inglés, francés o alemán) menos en castellano. El matrimonio formado por Sonia y Alexandre Poussin (compañero de fatigas de Sylvain Tesson en sus ratos libres) recorrieron a pie los 14.000 kilómetros que separan Ciudad del Cabo del Lago Tiberiades. Una aventura única, irrepetible, a la altura de muy pocos. La geste tiene resumen en DVD.
Para acabar, Rebeca Solnit nos ofreció hace no mucho Wanderlust, subtitulada como Una historia del caminar. Una incitación a recuperar la libertad, en todas sus modalidades, a pie.
Disponible en las mejores librerías logroñesas (expuesto lo tienen en la Librería Cerezo) está La Ética del paseante: y Otras Razones para la Esperanza, publicado el pasado mes de febrero bajo la firma de Luis Alfonso Iglesias Huelga. Va de lo que ustedes imaginan, de avanzar hacia el futuro, de deambular sin indolencia, de caminar con indulgencia.






