Cambio de mentalidad
Con treinta días por delante para el regreso a la competición, el Rioja Vega ya se ha puesto de largo a las órdenes de Jenaro Díaz, que por tercera temporada consecutiva lleva los mandos de un Clavijo que quiere recuperar el tiempo perdido.
La entidad logroñesa, tras dos cursos nefastos, confía en refortalecerse en lo institucional y centrarse en el trabajo de cantera mientras que el primer equipo tiene la misión, deportiva, de volver a ser un equipo dominante en la LEB Plata, tercera categoría nacional, y ser un espejo para las futuras vocaciones del baloncesto riojano.
A la espera de la incorporación del estadounidense Klinewski, el Clavijo ha remodelado casi al completo su estructura. El canterano Miguel de Pablos, Josín y Bieshaar, en su regreso a Logroño, son las caras conocidas de un Rioja Vega que se ha renovado con Justice, Manchón, Spiridonidis, Jordá, Ibáñez, Paukste, el techo de la liga con sus 221 centímetros de altura y que llega cedido del Baskonia, y Alderete.
«No hay tiempo que perder»
Jenaro Díaz inicia su tercera temporada al frente del Clavijo consciente de que, esta vez, su misión es doble: pelear por meterse en la lucha por el ascenso y «conectar con la cantera». El técnico asturiano tiene un mes por delante para armar un equipo que «está cerrado» y que atesora «corazón y ganas de jugar al baloncesto» pero también «talento y desarrollo» dada la juventud que aportan los sub’20 llegados al equipo.
Su estilo volverá a ser dinámico, contagioso y emocional. «Es lo que vamos a intentar», apunta.
Uno de los responsables de ejecutar este patrón será Miguel de Pablo (Logroño, 2000) orgulloso por «estar en el Clavijo y poder servir de inspiración a los más pequeños. Con trabajo y esfuerzo se puede llegar».






