Caen dos delincuentes especializados en robar en coches, bares y comercios de Logroño
La Policía Nacional detuvo la semana pasada a dos conocidos delincuentes por apropiarse, presuntamente, de numerosos objetos de valor (carteras, dinero, teléfonos móviles, etc.) del interior de vehículos que estaban abiertos y asaltar varios bares y comercios del centro de Logroño.
Según ha informado la Jefatura Superior de La Rioja en una nota, los detenidos son dos hombres españoles de 37 y 34 años de edad, que cuentan con numerosos antecedentes policiales y que ya han pasado a disposición judicial. Se les considera los presuntos responsables de cometer 16 hurtos en interior de vehículo, 3 robos con fuerza en bares y otro en un establecimiento comercial.
Los detenidos han llegado a hacerse con más de 30 tarjetas de crédito, con las que realizaban reintegros en cajeros si estaban en posesión del pin o efectuaban pequeñas compras en tiendas que nunca llegaban a superar los 20 euros, ya que no necesitan la identificación del comprador o la introducción del número pin de la tarjeta. En total, efectuaron compras y extracciones de dinero en metálico en cajeros automáticos por valor de más de 14.000 euros, así como de una tablet, 2 GPS, 4 teléfonos móviles con sus cargadores, 4 cañas de pescar, 2 cajas de herramientas y unas gafas de sol de gran valor.
Las investigaciones comenzaron tras detectarse un aumento significativo de denuncias por hurto en el interior de vehículos desde el pasado mes de septiembre y en lo que va de octubre. Los agentes, fruto de las pesquisas llevadas a cabo, consiguieron identificar a «dos viejos conocidos» que estaban especializados en este tipo de actividad delictiva.
Los presuntos delincuentes, según detalla, empleaban siempre el mismo modus operandi: recorrían las calles y aparcamientos de la ciudad para comprobar los vehículos que se encontraban abiertos o tenían las ventanillas bajadas con el fin de hacerse con los objetos de valor que encontraban en su interior, como carteras, dinero o teléfonos móviles. También controlaban los que estaban estacionados en doble fila, tanto los de particulares como los de reparto de mercancías.
Para asaltar los bares y establecimientos comerciales, los detenidos accedían a su interior forzando las persianas de protección y rompiendo los cristales de las puertas o ventanas, dirigiéndose a la caja registradora o a otras dependencias dónde pudiera estar guardado el dinero para hacerse con él, todo ello en escasos minutos, lo que denotaba un notorio conocimiento previo del establecimiento.






