Un británico de 52 años es el autor del atentado yihadista en Londres
Agencias / Londres
Era lo previsto y así se confirmó. El Estado Islámico (EI) reivindicó este jueves a primera hora la autoría del atentado que el día antes sacudió Londres y que dejó cuatro víctimas mortales -entre ellas el propio terrorista- y decenas de heridos alrededor del Parlamento británico, asegurando que un «soldado del califato» llevó a cabo la operación en respuesta a la llamada del grupo yihadista a atacar a ciudadanos de países que participan en la lucha contra la milicia. De este modo, la red extremista dejaba patente dos detalles: que volvía al modus operandi visto en Niza o Berlín, con vehículos para causar el mayor daño posible; y que la técnica del lobo solitario parece ser la adoptada en la actualidad en Occidente.
Mientras el EI lanzaba su comunicado, la Policía realizaba redadas en varias localidades del país y seguía indagando los últimos datos sobre el hombre que provocó el baño de sangre, que se salda, al cierre de esta edición con cinco fallecidos, tras la muerte a última hora de la tarde de uno de los heridos hospitalizados. Y, finalmente, dio los datos esperados. Si algunos medios habían filtrado el mismo día del atentado que un británico extremista era el responsable del atropello y el acuchillamiento, llegando a dar nombres, las autoridades identificaron ayer a Khalid Masood como el culpable de lo sucedido.
Este hombre, nacido en Kent (al sureste de Inglaterra), había sido condenado en varias ocasiones por delitos con violencia y alteración del orden público, aunque nunca por terrorismo. De hecho, fue condenado en dos ocasiones, una en 1983 por vandalismo y otra en 2003 por posesión de armas.
«No había información de los servicios de Inteligencia sobre sus intenciones de organizar un ataque terrorista», explicaron las autoridades. De hecho, ni siquiera estaba bajo investigación policial.
«Partimos de la base de que actuó solo, inspirado en el terrorismo internacional», apuntó, por su lado, el responsable antiterrorista de Scotland Yard, Mark Rowley.
El asesino alquiló el coche con el que perpetró el ataque cerca de Birmingham, lo que llevó a las Fuerzas de Seguridad a llevar varios registros en dicha localidad, además de en Londres. En total, ocho personas fueron detenidas en relación con el atentado del pasado miércoles, acusados de ser «sospechosos de preparar ataques». Fuentes de la investigación apuntaron que los arrestados son tres mujeres y cinco hombres de entre 21 y 58 años, al tiempo que agregaron que la operación sigue abierta en los dos lugares donde se capturaron a los ocho acusados y en el municipio de de Carmarthenshire, en el suroeste de Gales, sin que detallasen cuál es el vínculo de este operativo con el atentado frente a Westminster.
Por otro lado, las autoridades señalaron que de las 40 personas que resultaron heridas en el atropello múltiple, una treintena continuaban ayer ingresadas en diferentes hospitales. Uno de ellos, un hombre de 75 años, falleció a última hora de la tarde, sin que al cierre de esta edición se conocieran más datos. Además, otros cinco estaban en estado crítico y uno más en condición de extrema gravedad, ya que sufre lesiones que «amenazan su vida».
Además, los parlamentarios volvieron a primera hora de la mañana a la sede legislativa a retomar «la vida normal», tal y como había avanzado la víspera la primera ministra, Theresa May, donde guardaron un minuto de silencio en recuerdo a las víctimas.
Ante los diputados, May aseveró que no aplazará su plan de activar el proceso de Brexit el próximo 29 de marzo por el atentado.
A diferencia de ella, Escocia sí pospuso el esperado debate sobre el referéndum secesionista, cuya votación estaba planeada para ayer. Tal y como comunicaron desde la Cámara regional, la sesión plenaria se retomará el martes.






