El acusado del crimen de Gil de Gárate acepta 11 años de prisión y pide perdón
Efe / Logroño
El acusado de matar al marido de su expareja en Logroño en 2015 ha aceptado este lunes un acuerdo entre su defensa y las acusaciones para cumplir 11 años de prisión, uno menos de los que pedía la Fiscalía; ha asumido los hechos, ha reconocido que le mató y ha pedido perdón. Por la tarde, el jurado, por unanimidad, le ha declarado culpable. El acuerdo también incluye indemnizaciones de 150.000 euros para la esposa del fallecido, 16 años de alejamiento de ella, y 50.000 euros para los hijos de la víctima.
En el juicio han intervenido el acusado y una decena de testigos, aunque salvo el primero, que se ha extendido más, el resto se ha limitado a confirmar los hechos, que ya constan en el atestado. El autor confeso del crimen ha justificado su acción en que tenía la sospecha de que la víctima abusaba de la hija que tiene con la mujer del fallecido; afirmó que llevaba tiempo con depresiones, con pesadillas y casi sin dormir, tomando pastillas, y que, cuando sucedieron los hechos, él lanzó cuchilladas «a lo loco», sin ser consciente de lo que ocurría. «Yo le maté», ha dicho al iniciar su relato de lo ocurrido en la mañana del 9 de noviembre de 2015, en un portal de una casa de la calle María Teresa Gil de Gárate.
Este hombre, de 55 años, y que lleva en prisión preventiva desde entonces, ha explicado que conocía a la víctima desde que éste empezó a salir con su expareja, con la que él tiene una hija a la que solo podía ver dentro del régimen de visitas establecido judicialmente.
«Desde antes de nacer la niña, él empezó a amenazarme», ha asegurado en alusión al fallecido, que, según su versión, le había dicho que le pondría una bomba en el coche o que iba a contratar a personas para que le dieran una paliza.
El 9 de noviembre de 2015, llevó a su hija al colegio, después de estar con ella el fin de semana, y llamó al domicilio de la víctima para avisar de que llevaba allí ropa de la niña. En ese momento portaba un cuchillo, oculto en su ropa, porque «quería que confesara los abusos a mi hija». Llamó por el portero automático a la víctima, quien bajó con su hija al portal, dado los problemas de movilidad que tenía, aunque esta dejó solos a los hombres.
«Cuando empecé a hablar con él, se rió, como delatándose, y le puse el cuchillo en el estómago», ha relatado, tras lo que la víctima trató de zafarse y ambos cayeron al suelo. Entonces «lancé cuchilladas a lo loco y, poco después, me marché sin mirar, no sé si él estaba sangrando», ha asegurado. «Pido perdón, lo siento mucho», ha dicho el autor del crimen, quien ha incidido en las depresiones que sufría entonces y en que solo podía dormir ayudado por pastillas. «Sé que esto es trágico para su familia y para mí, pero no era yo y lo siento mucho», ha concluido.
El jurado le declara culpable por unanimidad
El jurado, por unanimidad, ha declarado culpable al acusado, un veredicto emitido horas después de que se iniciara el juicio. Los nueve miembros del jurado han ratificado por unanimidad prácticamente todos los puntos del objeto del veredicto propuesto, en el que consideran que el acusado provocó de forma intencionada la muerte de la víctima.
Por otro lado, siete de ellos han respaldado que el acusado no debe solicitar el indulto con carácter total o parcial, algo que sí apoyaron dos de los jurados. El juicio ha concluido con palabras del acusado, quien ha ha pedido perdón y ha dicho que se considera «buena persona» y que no cree «que sea un peligro para nadie».






