El tiempo apremia y el Promete se puso este mismo lunes a trabajar para sentar las bases de la consolidación en la Liga Femenina, categoría a la que regresa la entidad logroñesa tras una temporada casi perfecta en la Liga Femenina 2.
Con Jacinto Carbajal reforzado en su posición de entrenador y director deportivo, la entidad logroñesa completó en la mañana del lunes su primera sesión consciente de que no hay tiempo que perder.
El técnico extremeño aún no contaba con la mozambiqueña Leia Donque ni con las estadounidenses Rosemarie Julien y la rookie Allazia Blockton. Pese a estas tres ausencias de peso, el Promete funciona como una máquina después de las renovaciones de jugadoras como Gidden, Knezevic o Miloglav.
Entre las caras nuevas, la murciana Ani Calvo, la última en llegar y que reforzará la cuota de jugadoras «nacionales» en un bloque muy balcánico, y el regreso de Paula Estebas (Logroño, 1993). La ex del Araski no dudó en mostras su ilusión por volver a casa. «El proyecto tiene muy buena pinta», apuntó la jugadora que no quiere hablar de cotas demasiado ambiciosas. «El objetivo es pensar en el Open Day porque esto es a rachas. Tenemos que ir paso a paso», recomendaba.
De la misma opinión era Jacinto Carbajal, consciente de los precedentes del equipo (descenso en la 2017-18) y de la campaña de refuerzos ambiciosos que han emprendido el resto de equipos. «En Liga Femenina ganar partidos es muy complicado. No pensamos en cotas mayores que la permanencia», apunta consciente también de que, a priori, es difícil cuál puede ser el horizonte clasificatorio de un Promete que quiere asentarse en la elite del básquet femenino.
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