Los fruticultores temen la pérdida de cosecha ante el cambio brusco de temperatura
Bárbara Moreno / Logroño
Los frutales y almendros han adelantado su floración este año porque el invierno ha sido más cálido de lo normal, y ahora están expuestos a las heladas. Es lo que se temían los agricultores riojanos, y precisamente la semana que viene bajan drásticamente las temperaturas y podría incluso haber heladas.
Las floraciones que necesitan menos frío son las que se están adelantando año a año y las que necesitan mucho frío, sin embargo, se están retrasando.
Pedro Martínez, agricultor y técnico del sindicato Unión de Agricultores y Ganaderos de La Rioja explica que las temperatura están siendo tan altas que en las últimas semanas se han adelantado frutales como ciruelos, cerezos, melocotoneros, o perales. Mientras, los almendros se han adelantado pero menos, solo las variedades largueta y marcona, «y en cualquier caso mucho menos que el año pasado que fue insólito».
El problema, explica, es que bajen mucho las temperaturas, y es lo que pronostican desde la Agencia Estatal de Meteorología. Martínez indica que si hiela o bajan las temperatura de 0 sería ya un grave problema porque se helarán las flores. Pero, comenta que también sería un problema si perduran en el tiempo las bajas temperaturas aunque no hiele.
«Podría haber un parón vegetativo importante, se para la sabia y expulsa el fruto, que es lo que pasó el año pasado con los almendros, y hubo algunas variedades (como largueta o marcona) que directamente no dieron fruto, no tuvieron producción», recuerda. Él mismo considera que, como siempre, habrá zonas con más problemas que otras.
FALTA DE AGUA
Lo que más acusan los agricultores es la falta de agua de este invierno. «En nuestra zona está siendo un verdadero desastre. Esta siendo un invierno desastroso», enfatiza Martínez refiriéndose a La Rioja Baja. Confían en que con la primavera se recupere el estado hídrico, «porque de lo contrario habrá problemas».
Como ejemplo, según los últimos datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro de agua acumulada en los embalses riojanos, el de Mansilla, con 39,7% de capacidad y el de González la Casa, con 48,5%, aún están bajos, casi a la mitad de como estaban el año pasado (87% y 76% respectivamente). El de Pajares con un 48,6% de capacidad, supera a la acumulación del año anterior, pero muy poco (46%).
«Y no hay más que ver los ríos, algunas semanas como en verano», lamenta Martínez. A la vez que considera que es indiscutible que «estamos asistiendo a un cambio climático».





